El palacio seguía siendo enorme, aunque ahora, con personas queridas a su lado, no se sentía tan mal con esa presencia. Y es que nunca se lo dijo a Arley, pero él no le daba miedo, la inmensidad del castillo que mostraba el poder del rey, sí. Era un sentimiento complicado.
–Bueno, ¿y habrá una reunión de Lords? –le preguntó Ylesha a David.
–No estoy seguro, no es como que haya algo que discutir –dijo confuso.
–Pero podía haberlo, ¿por eso reaccionas así? –comentó curiosa.
–Son muy aburridas esas reuniones, normalmente solo escuchas discusiones –dijo negando.
–Bueno mejor para mí, estaría presente al ser tu escolta, ¿no? –dijo con una sonrisa.
–Es lo más probable, pero créeme que no es divertido –respondió bajando la cabeza, Ylesha solo rió.
– ¿Mañana irán de compras a Bogat? –preguntó ladeando la cabeza, Melody.
–Sí –dijo con una gran sonrisa Ylesha.
–Tengo que comprar ropa, ya que no traje nada –comentó mirando al suelo, Ferran.
–Yo tampoco. Melody, ¿nos acompañas? Estefan se puede quedar aquí en nuestro nombre –dijo Ylesha con entusiasmo.
–No sé... –comentó ella mirando a Michelle, de seguro quería llevarle algo a Sleron, pero si trajeron guardaespaldas es para que los cuidaran, y no iba a dejar a David solo. El rey le diría algo si lo notase.
–Hugo se puede quedar conmigo, iremos los dos en la tarde, solo no duren mucho tiempo –dijo David mirando a Ferran, este le asintió. Tenía que decir sus verdaderos nombres por aquello de que alguien los escuchase. Las paredes tenían oídos en cualquier lugar.
–Perfecto entonces –comentó Melody mirando a Michelle, quien sonrió levemente.
M
Bogat era brillante, lleno de colores y aromas que Melody nunca había visto ni experimentado. Las personas hablando por doquier animaba más el lugar. Era totalmente opuesto a Sligeta, y pensar que solo un puente los separaba.
Ella había caminado cerca, algunos días robando, otras solo admirando la zona, con miedo a perturbar la belleza que en ella permanecía. Justo ahora eso hacía, mirar y caminar con cuidado, recordando los puestos que solía robar, pasado de lejos para que no la viesen y recordasen, de eso hacía ya años, pero ese tipo de cosas no se olvidaban, el rostro del ladrón que perturbaba tu vida.
– ¿Podemos caminar un poco más rápido? –le susurró ella a Ylesha, mientras se ocultaba detrás.
– ¿Hay algún problema? –dijo esta confundida.
–Me gustaría evitarlos, de hecho –Ylesha la analizó un momento, pero luego pareció comprender.
–Cierto, tú eras de Sligeta... –comentó comprendiendo todo. Entonces empezó a caminar más rápido. Michelle las miró extrañada, pero les siguió el ritmo.
En ese momento alguien tomó a Melody fuerte por el brazo, era el que vendía frutas. Ella se quejó por eso, pero el hombre no la soltó.
– ¡Recuerdo bien que te dije que no volvieras por esta zona, ladrona! –le gritó prácticamente al oído.
–Eso duele, Iván –dijo ella intentando soltarse. Pero entonces alguien tocó amablemente el hombro del hombre y este se volteó rápidamente, pero sin soltar a Melody.
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Corte de Falsedades
Художественная прозаWarley es el rey de Asder un pequeño reino reconocido ante los demás por su gobernante déspota y al mismo tiempo un guerrero invaluable. Conocerá a una joven llamada Melody a la que le dará trabajo en el castillo, pero ella lo odiará hasta que descu...