Capítulo 13

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Los estiramientos eran básicos, dijo. Pero ella no esperaba ese "nivel" de ellos. Como tocar el suelo con tu cabeza mientras tenías las piernas extendidas en él. Y eso era poco, diez lagartijas, cuarenta saltos elevando brazos, treinta saltos sobre una caja, y mucho más. Aunque según David eso era normal.

–Voy a morir –dijo ella mientras se dejaba caer en el suelo después de hacer una sentadilla de cuarenta segundos, mañana no iba a tener piernas. Y el desgraciado de David solo reía.

–No, no lo vas a hacer. Bien –dijo aplaudiendo mientras sonreía–, me sorprende que lo pudieras hacer a la primera –comentó asombrado.

–Mi anterior trabajo me ayudó –dijo ella levantándose pese al dolor de piernas, luego se encogió de hombros.

– ¿Cuál? ¿Ayudar al rey? –preguntó él en lo que parecía pensar en ello.

–Olvidas que vengo de Sligeta, mi trabajo de medio tiempo era robar y la otra mitad huir –comentó con un bostezo.

–Ya, lo olvidé –dijo apenado.

–No te preocupes, no es la gran cosa. Ahora dime, para que era todo este entrenamiento –si le decía que para nada ella ardería en furia.

–Vamos a hacer parkour, necesitaba que calentaras tus extremidades antes –contestó él haciendo un mini-estiramiento de brazos, lo que ganó una mirada confusa de su parte.

– ¿Y en dónde haremos parkour? –dijo ella viendo el techo de la habitación negra, no era suficiente.

–Iremos a la ciudad, los parques se prestan. No usaremos los edificios de momento, a menos que quiera que mueras y eso nunca –replicó con una sonrisa mientras tomaba una mochila y abría la puerta, luego ella lo siguió.

– ¿Nunca querrías mi muerte? –dijo ella entre risas.

–No, claro que no –contestó pero su mirada ocultaba algo, y ella quería saber qué era eso.

– ¿Por qué? –preguntó Melody.

–Mmm... Supongo que no deseo la muerte de nadie –fue su respuesta, ella entrecerró los ojos.

–Pero eres el mejor asesino de Redtict y del reino –replicó Melody mientras lo miraba. La salida se aproximaba, no estaban tan lejos después de todo, y ella evitaba pensar en lo que harían.

–Así es –no fue orgullo con lo que contestó–. Pero de momento soy tu instructor, no puedo desear que muera mi alumna, ¿o sí?

–Hay casos en los que las personas no se llevan muy bien pese a tener ese tipo de relación –contestó ella y sin querer dejó pasar la pregunta constante en su mente "¿qué hacían Arley y Valhe?"

–Espero que no sea el nuestro –dijo mirándola con su clásica sonrisa–... hermanita –revolvió sus cabellos, ella se molestó con eso y volvió a hacer su cola.

Al final del entrenamiento logró dar unos buenos saltos, Melody no cabía de la felicidad y brincaba por todas partes, abrazó a David en unas cuantas, y él rió feliz a su lado.

Cuando ella llegó a su habitación las preguntas cesaron y durmió plácidamente.

M

David llegó a su recámara y se sirvió una copa de vino en el mini-bar de esta. Miró con ojos nublados el lugar. La cama acomodada y de tonalidades azules como la luz de la luna que apenas entraba por las gruesas cortinas del ventanal. Había demasiado espacio, hasta una cocina. Pero él se acercó hasta su escritorio de madera oscura y se sentó.

Allí descansaba un libro con el árbol genealógico de la familia. Y era simple, en la línea principal solo estaban su abuelo, su padre y él. Del anciano Lord Redtict había otra familia, un hijo bastardo llamado Alex Realdish, quien tuvo dos sucesores, Elisa y Maciel, siendo el último adoptado. El punto era que hasta el final aparecía el nombre de Melody, al lado del de Anthony, el cual estaba tachado con tinta roja.

Corte de FalsedadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora