Capítulo 33

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–Ella es la asesina de mi esposa –dijo suspirando triste, Warley.

– ¿Y cómo puede estar seguro de ello? –preguntó Redtict con firmeza, mirando al rey directamente a los ojos.

–Yo mismo la vi al lado de mi esposa, con un charco de sangre bajo ellas. Se comprobó luego que la daga al lado de Melody era de ella, y al estar manchada de sangre de Valhe se dio por sentado que ella era la asesina –explicó sentándose más erguido, y diciendo con dolor el nombre de su amada.

– ¿No fue usted quién lo dio por sentado? O dígame, ¿qué estaba haciendo exactamente Melody cuando usted llegó? –Redtict estaba informado de todo, y no dudaba ni de una palabra, así que se encargaría de defender lo que se le fue dicho, aunque no lo hubiese visto para comprobarlo.

–Ella... –Warley miró hacia abajo, lo podía recordar claramente, solo que no sabía por qué no lo tomó en cuenta. Eso cambiaría muchas cosas.

– ¿Ella qué? –insistió Redtict para que el rey respondiera.

–Apretaba la herida de Valhe... Pero podía estar hiriéndola más –dijo rápidamente.

–Por favor... –dijo Redtict con descaro– eso ni usted se lo cree. Y si la estuviese hiriendo entonces... ¿qué sentimiento estaba en sus ojos? ¿Acaso odio? O sería, ¿rencor?

–Ninguna de esas –el rey recostó su cara en una mano sintiéndose tremendamente tonto, ¿qué tanto podía hacer el odio y la ira en un solo momento? Porque a él lo llevaron a cometer mil errores.

–Dicen que los ojos son las ventanas del alma, dígame, majestad, ¿qué vio en los ojos de Melody?

–Desesperación, pánico... quería salvar a Valhe.

–Linda hora en la que se enteró –exclamó más fuerte Redtict–. No está bien que le hable así, pero poco me importa ahora, usted es joven, majestad, pero no tanto como para que sea tan imbécil.

Warley solo calló pensando en ello. Sí, era un imbécil, de los peores. ¿Cómo podía pensar que Melody le querría hacer algo a Valhe? Sí es cierto que en un principio había enemistad, pero Melody ahora estaba comprometida con Estefan, poco le iba a importar lo que pasase entre la pareja real.

Sin embargo, fue Elidal el que corrió a informarle sobre lo que vio, así que él debió estar primero allí, incluso antes que Melody quien según decía encontró al Lord clavándole una daga a Valhe.

–Debió ser Elidal entonces –dijo en voz baja, pero Redtict alcanzó a escuchar.

–Eso dijo Melody, ¿ahora sí le cree?

–Si Melody es inocente, ¿a quién más puedo creer?

–Bien, entonces. ¿Quitará la condena?

–Por supuesto. Miguel –llamó al jefe de la guardia real, este era el único presente en la sala aparte del rey y el Lord. Los demás guardias estaban preparando la horca.

–Sí, majestad –dijo este.

–La condena contra Melody Realdish se retira, liberadla. En cambio, Lord Elidal está bajo arresto por el asesinato de la reina –ordenó Warley, entonces Miguel se marchó con una reverencia.

–Gracias –dijo Redtict a punto de irse con una leve inclinación.

–Lord Redtict, lamento todo esto, y agradezco que me hiciera ver la verdad. Infórmeme luego de lo sucedido, por ahora quiero llorar debidamente la muerte de mi esposa –Redtict lo miró decir eso y simplemente asintió.

Corte de FalsedadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora