Déjame ir - Andrés Cepeda, Morat
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Llegó el día.
Llegó el día en el que iré a hablar con Gabriel, para dejar las cosas claras, para eliminar esa tensión entre nosotros, para por fin dejar ir el pasado. Hoy haría todo lo que estuviera en mi alcance para hablar con él. No podía seguir esperando. No podía seguir esperando a que los días pasarán, a correr el riesgo de que mis amigos se enteren de la verdad por terceros y todo se derrumbe. Tenía que terminar con esto ya.
El primer paso sería hablar con Gabriel, él era mi prioridad en este tema. Lo segundo sería hablar con los demás y decirles la verdad.
Esperaba que todo saliera como tenía planeado.
Para que el primer paso se lleve a cabo, necesitaba de la ayuda de Nick. Todo sería de esta forma: yo saldría de mi habitación directo a la habitación de ellos, allí Nick saldría de su cuarto, mientras yo iba a hablar con Gabriel. Él también estaría al pendiente de que Alejandra o alguno de los chicos se acerque a su habitación y arruine la conversación. Por eso nos estaremos comunicando por nuestros celulares.
— ¿Vas a hacer algo hoy? — le pregunto a mi compañera de habitación.
Una parte del plan me correspondía a mi, y era asegurarme de que Alejandra no salga de aquí o que vaya a reunirse con Gabriel.
— No, hoy me quedaré todo el día aquí, organizare mi parte del armario. Está hecho un desastre
Bien. Espero que no termines hasta que todo del otro lado esté terminado.
— Por fin te dignaras a limpiar un poco
— Ja ja, muy graciosa. ¿Tú a dónde irás?
— Iré a averiguar cómo está mi proceso con mi pasaporte —mentí. Hace un par de días me llamaron y me dijeron que pasara dentro de diez días a buscarlo pero tenía que decir algo para que ella me crea.
— Oh. Bueno, suerte. Ya es hora de que entre a Narnia
Le sonrió y veo cómo se lleva su bocina y se encierra en el armario. Tomo mi celular y le escribo a Nick diciéndole que ya iba para allá. Salí, y recé para que todo saliera bien.
A decir verdad, no tenía ninguna ventaja en esto. Gabriel era una persona muy, muy, muy orgullosa. Lograr que él me perdone será un trabajo duro y lo cual tendría un tiempo de espera largo, conociéndolo sé que será así. Sin embargo, cansada de todo esto, estaba dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario para que todo vuelva a la normalidad entre nosotros.
— Suerte — me dice Nick en cuanto nos vemos fuera de su habitación.
— Gracias. Estoy nerviosa
— Tranquila, todo saldrá bien — se acerca y deja un beso en mi frente. — Trata de que las cosas no se salgan de control ¿si?
— Lo intentaré
Él me da una pequeña sonrisa y luego se va. Me tomo unos minutos para relajarme y juntando toda la fuerza que poseo, toco la puerta. Mis manos forman una pequeña pelea entre ellas debido a los nervios.
Vamos, Ámbar, tú puedes.
La puerta se abre dejando ver al causante de mis nervios. — Nick acaba de salir, dijo que iría a dar una vuelta — dice para después cerrar la puerta pero no se lo permití.
De aquí no me iría hasta que hablemos. — Gabe — Dios, ha pasado un buen tiempo desde que no lo llamaba así — Tenemos que hablar, por favor
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Nunca Es Demasiado Tarde
RomansaQuién iba a decir que haber postulado para ese intercambio y ser aceptada en el mismo, iba a traer tantos problemas a mi vida. ¿Será que todo estaba incluido en las letras chiquitas de las bases del intercambio? Tiene que ser así porque no me explic...