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—¡Wow, amiga! —chilla Abby en cuanto me ve. —¡Estás hermosa!

Yo le sonrío como respuesta. Estábamos en la prueba de vestidos que yo le debía a mi cuñada, estaba un poco temprano para mi gusto —es domingo, nueve de la mañana—, pero así tenía que hacerlo ya que mañana a esta misma hora, estaría de camino a New Haven. Aparte de mí, estaban otras amigas de Crystal, Abby solo estaba acompañándome y tomando fotos, Crystal le pidió que fotografiara cada momento de su boda, incluyendo la planeación, ella con gusto aceptó. Aquí también estaba la mamá de Crys.

—Sin ofender a nadie pero el color te favorece muchísimo. Te ves espectacular —me alaga la diseñadora.

—Gracias —le digo bajando del pequeño escalón para caminar un poco con el vestido.

—¿Sientes que te queda ajustado o ancho? —me pregunta la diseñadora mirándome.

—No, así está perfecto

—Ponte estos zapatos y camina con ellos para ver cómo te queda del largo —me pasa unos zapatos plataforma, yo los tomo y luego tomo asiento en una de las sillas

—Amiga, te buscan —me llama Abby y yo frunzo el ceño, termino de abotonar la correa de los zapatos y la miro, su celular estaba apuntándome.

—¿Qué haces? —le pregunto poniéndome de pie

Ámbar, ¿por qué no vistes así todos los días?

Tenía que ser Nicolás. Me subo al escalón otra vez y dejo que la diseñadora me observe y mueva el vuelo del vestido a su antojo.

—Solo habría que cortarle un poco aquí abajo —me dice, toma un alfiler de la almohadilla que colgaba de su cuello. —Voy a agregarle un poco más de tela aquí —me dice colocando sus manos sobre la parte del busto del vestido— ¿qué te parece? Tienes muy buenos atributos pero no queremos que enseñes mucho, ¿verdad? He escuchado por ahí que el novio es celoso con sus mujeres —comenta.

—Por mi no hay problema —le digo. —¿Usted tiene hermanos?

—No, todas somos hembras

—Lástima que no sabe lo que es tener un hermano celoso —le digo sonriéndole.

—He tenido primos, no se compara pero se asemeja —me dice— Ya te lo puedes quitar

Asiento y camino hacia el vestidor que había utilizado hace un rato. Me quito el vestido con cuidado de no dejar caer los alfileres que le habían colocado, lo cuelgo en el perchero que había allí y me visto con mi ropa. Salgo con el vestido en manos y se lo entrego a la diseñadora.

—¿Cuándo tengo que venir a medírmelo otra vez? —le pregunto

—El domingo lo tendré listo, me han comentado que no estudias aquí pero sería bueno que viniera ya para darte el resultado final

—Estaré aquí —le prometo.

Me despido de ella y de las demás y salgo de allí con Abby. Hoy iba a conocer su nuevo lugar de trabajo y a su casi novio. Después de que ella le confesó al sobrino de su jefe lo que sentía por él, ella creyó conveniente renunciar para empezar una relación con él, obviamente el chico le confesó que le gustaba por igual. El punto es que ambos todavía estaban saliendo y ella cambió de trabajo.

—Es aquí —me dice Abby cuando llegamos a un centro de fotografía.

Entramos y ella me guía por todo el lugar, me enseña cada rincón del centro y su espacio de trabajo, me presenta también a sus compañeros de trabajos que estaban allí también. Me comenta que se siente un poco más cómoda aquí porque no la presionan tanto para que haga algo, ya que está estudiando, y también porque no tiene que estar escondiendo sus sentimientos con su jefe; como lo hacía en su anterior puesto.

Nunca Es Demasiado TardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora