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Las últimas semanas se habían vuelto una rutina para mi, no pasaba de ir a clases, hacer tareas y encerrarme en mi habitación. Este semestre, a pesar de estar empezando, parecía estar en sus últimas semanas, y agregando un poco más de estrés a mi vida, estaba tomando exámenes en línea de Columbia para la convalidación de las materias que estaba tomando aquí en Yale. Al principio era solo sacar buena nota al final de cada semestre pero ahora las cosas cambiaron y tenía que tomar exámenes al principio y al final de los dos semestres que me quedan. Y por dicha razón, en las últimas semanas tomé los exámenes correspondientes al semestre que había pasado y dentro de unas semanas más, tomaria los exámenes correspondientes al presente semestre.

¿No es genial todo eso? Aparte de estudiar para las seis materias que estoy cursando, tengo que estudiar para unos exámenes. ¡Me encanta estudiar!

— ¡Ámbar! — el grito de mi amiga me despabila e impide que caiga dormida en mi mesa de estudio.

— Hola Eli — abro mis ojos bien y la observo — ¿Vas a salir? — estaba vestida elegante, con un vestido negro corto, unos centímetros más arriba de sus rodillas.

— Vamos a salir — ella se acerca a mi y me empuja hacia el baño. Está a punto de cerrar la puerta en mis narices cuando la detengo.

— ¿Qué está pasando?

— Vamos a salir — repite y cierra la puerta. —  ¡Tienes quince minutos para ducharte!

— Eliana, no tengo ánimos para salir

— No me importa. Si no escucho el agua caer en diez segundos, entraré y yo misma te ducharé

Rodé los ojos y me despojé de mi pijama y de inmediato entre a la ducha. ¿A dónde me llevará esta mujer? Es viernes, estando de otro humor estaría un poco más emocionada pero no uno de esos días. 

— Bien, ya estoy lista — le aviso saliendo envuelta en una toalla. — ¿Y eso? — pregunto al ver un vestido y unas zapatillas en mi cama.

— Es tu outfit.

¿Mi qué? Estoy segura que yo no empaque eso al venir para acá

— ¿Qué esperas? ¡Vístete! 

Rodé los ojos nuevamente, tomé el vestido y entré nuevamente al baño. Me vestí con el delicado vestido que mi amiga había elegido para mi. Era super delicado y sencillo, era color beige con pequeñas bolitas blancas en todo su tela. Era corto, me quedaba unos centímetros más arriba de mis rodillas y era de tirantes finos con un escote sencillo en V, no dejaba mostrar mucho. Y tenía una pequeña abertura en la pierna izquierda.

Salí del baño mirando mi cuerpo, me gustaba como me veía.

— Estás hermosa, tomamos una excelente decisión al comprarlo

— ¿Tomamos?

— Resalta todas tus curvas — dice desviando un poco el tema — Yo con tu cuerpo ando desnuda todo el tiempo, vamos termina de arreglarte

En los próximos diez minutos traté de sacarle información sobre a dónde iremos y con quién pero fue en vano, ella me ignoraba y cambiaba de tema de inmediatamente. Cuando salimos de las residencias de la universidad, me rendí y dejé que me llevará a dónde sea que ella quería llevarme. De nada me servía seguir insistiendo.

— Vamos — me dice cuando nos bajamos del Uber, miro hacia el frente arreglando la falda de mi vestido y veo que estamos en un restaurante, que desde fuera se veía que no era para nada barato.

— Eliana, ¿qué hacemos aquí? — por milésima en la noche fui ignorada por su persona. Ya, me rindo.

Caminamos unos metros hasta llegar a la entrada donde había un chico que hacía de hostess.

Nunca Es Demasiado TardeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora