Dicho aquello, Nicholas terminó de desvestirse, y fue a darse una ducha.
Luego de la cena, Keira lo dejó a solas con Emiel.
—¿Cuál es el verdadero motivo de tu visita? —Nicholas le preguntó.
—¿No hablamos de eso ya?
—No está sucediendo nada con la compañía, ni con las acciones que manejas en el país. Así que no creo que hayas sido honesto antes.
—Nicholas.... Esa mujer y tú han estado casados por más de un año. ¿Qué estás esperando para embarazarla?
Él sonrió con cinismo. —No tienes idea de lo que está pasando. Y por favor, cuando vuelvas a hablar de mi mujer, no te refieras a ella como "esa".
Emiel asintió. —¿Qué es lo que está pasando?
—No voy a discutir eso contigo, por Dios.
—Ni siquiera has considerado el hecho de que estoy dispuesto a obviar nuestras diferencias con esa m... con tu esposa, llevas ventaja.
Nicholas enarcó las cejas. —¿Cuáles diferencias?
Emiel guardó silencio, y tomó un sorbo de la bebida que tenía en las manos.
—Espero que no estés hablando de diferencias raciales, Emiel, porque...
—¿Te imaginas un van der Voort negro? —Rió con cinismo-. Espero que nuestros genes sean más fuertes que los suyos...
—Estamos en el siglo 21.
—Por eso he decidido obviar ese detalle. Quiero que tengas un hijo. Varón. Qué no permita que nuestro apellido acabe contigo.
—¿Qué pasa si es una niña? ¿Vas a seguir insistiendo?
Emiel asintió. —Hasta que tengas un varón.
Nicholas tomó también un sorbo de su bebida. —Keira tiene problemas para embarazarse desde que sufrió aquel accidente.
—¿Te revisaste ya tú?
—No.
—¿Por qué no?
—No hay necesidad. Todo está bien conmigo.
—No me digas que embarazaste a una cualquiera.
—Obviamente fue un accidente.
—¿Permitiste que lo tuviera?
—No, ella...ella decidió no hacerlo. —Suspiró-. Pero no hay un día en que no piense en ello.
—No vale la pena, hijo. Si hay algo que despreciaría más que a un nieto... diferente...es un bastardo.
Nicholas movió la cabeza en negación, decepcionado. —Me voy a la cama. Buenas noches, Emiel.
—Estaré listo en la mañana para irnos a la oficina.
Semanas Después...
—Buenas tardes, Jackie... —Blake caminaba rápidamente hacia el escritorio de Jackie, traía en sus manos una portátil.
Jackie le dedicó una sonrisa cordial. —Buenas tardes...¿Puedo ayudarla?
—Sí, quiero ver a Nicholas, por favor. Debe estar esperándome.
—Así es, pase por favor.
Nicholas estaba sirviéndose un trago de whisky cuando Blake entró en la oficina.
—¿Tan mal estuvo esa reunión? —Preguntó, dejando la portátil sobre el escritorio.
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Disimula. -II-
RomanceEn el libro I de Disimula., Nicholas y Keira decidieron darle una oportunidad a su matrimonio. Sin embargo, no todo fue color de rosa. Keira, indecisa entre dos amores, terminó marcada de por vida. Acompaña a Nicholas van der Voort y Keira Auguste s...