-20-

434 40 12
                                    

Ella asintió. —No... lo sé. Yo también lo he pensado.

—¿Quieres que despida a Blake?

—Me has contado lo maravillosa que es en su trabajo. No podría pedirte eso.

—¿Entonces cómo te lo demuestro, Keira? No sé qué más hacer...

Ella se detuvo un momento en sus ojos. Eran hermosos. Quería olvidarse de todo y lanzarse a sus brazos, pero le era imposible. Su esencia no se lo permitía.

Luego recordó que vió a Neal serle infiel, tenía la confirmación frente a ella, y aún así creyó en sus mentiras y volvió con él. Nicholas era un hombre bueno, ¿Por qué le costaba tanto creer en él?

—¿Qué le dijiste cuando ella trató de besarte?

—Que yo no deseaba a ninguna mujer que no sea mi esposa...

Ella alzó una ceja. —¿En serio?... ¿Y después?

—Me fui.

—¿Haz vuelto a hablar con ella?

—Me ha llamado, pero no.

—¿Cuál es la situación con ella ahora?

—La dejé en un hotel, no sé más.

—¿Tú lo pagaste?

—Por supuesto.

—No quiero que lo hagas más... No quiero que sigas involucrado en su vida personal.

Él asintió. —No tienes que pedírmelo. Lo había decidido ya.

—Y otra cosa... —Le tomó la mano izquierda, trazó con su dedo la línea negra en su dedo anular, y dejó escapar un suspiro-. Si alguna vez...quieres estar con alguien más... por favor, déjame antes.

Nicholas tragó saliva. —Keira...

—No, no estoy tratando de ser dramática, ni de qué te sientas apenado. Yo voy a aceptarlo, te lo juro... pero por favor, no me engañes con otra. Por favor.

Días Después...

Blake se detuvo en el escritorio de Jackie. —¿Le dices a Nicholas que estoy aquí?

—Lo siento, señorita, pero el señor ordena que maneje todo con el señor Hernández.

—¿Perdón?

Jackie se encogió de hombros. —Son sus órdenes.

En ese momento ambas se giraron al elevador que acababa de abrir con un pitido. Keira salió de él. Traía un elegante vestido café un poco más arriba de las rodillas, que se unía al color su piel, y zapatos de tacón del mismo color. El pelo en una cola de caballo. Además de su bolso llevaba en las manos dos vasos de café.

—Buenos días, señora van der Voort. —Jackie le dijo con una sonrisa.

—Buenos días, Jackie. Blake. —Fue lo único que dijo antes de entrar en la oficina de su esposo.


Nicholas estaba al teléfono de espaldas a la puerta. —No puedo comprarte un auto si mamá no está de acuerdo... Sí... No, escucha... Escucha, convence a mamá, y si ella acepta, tu elige el que quieras... Estoy hablando en serio.... De acuerdo.... —Se giró, y sus ojos se iluminaron al ver a su mujer-. Sophie... Sophie, solo cierra la boca y ve a hablar con mamá... De acuerdo... Adiós.

—Déjame adivinar... —le dijo ella, dejando los vasos de café sobre el escritorio-. Tu hermana quiere un auto.

Él asintió, encaminándose hacia ella. —Y mamá piensa que no es apropiado, aparentemente.

Disimula. -II-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora