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Nicholas guardó en un cajón la carpeta con los documentos en los que estaba trabajando. —¿Qué necesitas, Blake?

—Pensé que podíamos ir a cenar y...

—¿Por qué...?

—Bueno, faltan unos detalles que...

—Háblalo con el departamento de publicidad. Ya aprobé lo que necesitaba ser aprobado, lo demás puedes arreglarlo con ellos. No me interesa.

Blake se mordió los labios. —Pero...

—¿Algo más, Blake? Voy de salida... —Se levantó, se palpó los bolsillos traseros, para luego sacar de uno de los cajones su teléfono celular.

—Hey... —Sonrió a medias-. Nunca te había visto vestido así...

____

—Estuve hablando con Nicholas, y me parece que cumplen con los requisitos para adoptar: ciudadanía estadounidense, por lo menos veinticinco años de edad, adoptar en conjunto, y por supuesto disposición para someterse a las investigaciones necesarias.

Keira asintió. —Tengo ciudadanía estadounidense, pero Nicholas...

—Es ciudadano alemán por su padre, es lo que me comentó. En este caso, porque su estatus migratorio en el país es legal, no presenta ningún problema, ya que tú sí cuentas con la ciudadanía estadounidense que se requiere de uno de los dos padres. Tienes veintiséis años, y... ¿De dónde quieren adoptar? Porque eso puede cambiar las cosas.

—No lo he conversado con Nicholas, pero me gustaría traer un bebé de Santa Lucía. —Sonrió-. No sé que piense él. Debimos haber tenido juntos esta reunión.

Frank asintió, tecleando en su computador. —Le pregunté y me dijo que no tenía idea. Más adelante nos reuniremos los tres, pero quería antes tener una idea de sus intenciones individualmente. Siempre ayuda.

Keira no dijo nada.

—¿Eres ciudadana de Santa Lucía también?

—Sí.

—Según sus leyes, los no ciudadanos deben haber vivido allí por seis meses previos a la adopción.

—Eso puede representar un problema para mi esposo, ¿no?

—Correcto.

—¿Cuales son nuestras opciones entonces?

_____

Nicholas entró en su estudio al llegar a casa para encontrarse con Keira sentada en su sillón.

—¿Qué haces aquí? —Le preguntó antes de poder detenerse.

—Esa no es manera de recibir a tu mujer... —Alzó las cejas-. ¿O si?

—Perdón, vida... Nunca entras aquí, en especial si yo no estoy.

—Recibí la visita de Frank Hill en mi oficina hoy.

Él asintió, con algo parecido a una sonrisa plasmado en su rostro.

—Tenemos que hablar.

_____

Janine entró en la oficina de Keira con una carpeta en manos.

—Aquí tengo la información de tu vuelo y el hotel en Stratford.

Keira sonrió. —Gracias.

—Sales hoy a las ocho de la noche, y llegas al Aeropuerto Internacional de Londres Heathrow a las ocho de la mañana, hora local. Casi siete horas de vuelo.

Disimula. -II-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora