Ella obedeció. Se puso la capucha del abrigo, abrió la puerta del auto, y se encaminó apresuradamente a la entrada de la casa. Tocó el timbre, y escuchó unos ligeros pasos acercarse a la puerta.
—¡Keira! —Inmediatamente abrió la puerta, Sophie la envolvió en un abrazo.
—Hola, cariño. —Ella le correspondió.
—Pasa, pasa.
Nicholas venía detrás con Lucille en brazos cubierta con un abrigo. Se había despertado y gimoteaba en sus brazos.
Sophie chilló de emoción, haciéndose a un lado para permitirle la entrada. —¡Muero por ver a mi sobrina en persona!
Keira le retiró el abrigo de encima, y la tomó en sus brazos, para tratar de calmarla. —Tranquila, cariño... —La meció-. No ha dormido nada.
—¿Quieres que traiga el cesto? —Nicholas le preguntó.
—No es necesario, la puedo acostar en la cama, pero si quiero la maleta, cielo.
—¡La quiero cargar! —Sophie exclamó.
—Es mejor esperar a que despierte. —Nicholas le dijo antes de salir.
—¿Dónde está Margaret? —Keira preguntó,
—Se está dando una ducha.
En el recibidor se encontraban dos sofás, una pequeña mesa de centro, y unas cuantas plantas. Puertas dobles en pesada madera negra ocupaban una parte de la pared blanca al fondo. Justo al lado de la puerta por la que habían entrado, unas escaleras que conducían al segundo piso.
—Um.... ¿Dónde está la cocina? —Keira preguntó.
Sophie rio. —Arriba. —Le dijo, señalando las escaleras-. Esta es la habitación que mamá preparó para ustedes.
Empujó las puertas dobles para dar paso a una espaciosa habitación pintada de blanco. En el centro, una cama doble con sábanas blancas. Keira dio unos pasos adentro para descubrir un balcón que daba a la calle.
—Wow... —Comentó impresionada.
—¿Increíble, no? Esta era la habitación de Nick.
Sin embargo, Keira no podía ver rastros del adolescente que fue su marido. Luego recordó que la casa había estado rentada por mucho tiempo.
—Ah... —Escuchó a Nicholas tras ella.
Tria la pañalera, el cesto para Lucille, y una de sus maletas.
Abrió el cesto rápidamente junto a la cama, y ayudó a Keira a acomodar allí a la bebé que ya dormía.
—Es bellísima... —dijo Sophie, admirándola.
—¿Dónde está mamá? —Nicholas preguntó, depositando un beso sobre la cabeza de su hermana.
—Se está dando una ducha, ya debe estar por terminar. Los dejo, pónganse cómodos, y cuando estén listos, suban a desayunar. ¿Si?
—Gracias, Sophie. —Dijo Keira.
—¡Es un lugar precioso! —Keira le dijo emocionada, envolviendo a Nicholas con sus brazos.
Él no le dijo nada, pero comenzó a deshacerle con prisa la cremallera del abrigo que traía puesto
—¡Hey! ¿Qué haces? —Preguntó riendo.
Seguía sin escucharla, luego de que le hubo quitado el abrigo, la empujó sobre la cama, se quitó el botón de los pantalones, y se abalanzó sobre ella, besándola salvajemente.
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Disimula. -II-
RomanceEn el libro I de Disimula., Nicholas y Keira decidieron darle una oportunidad a su matrimonio. Sin embargo, no todo fue color de rosa. Keira, indecisa entre dos amores, terminó marcada de por vida. Acompaña a Nicholas van der Voort y Keira Auguste s...