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—¿Está listo el set? —Keira le preguntó a Janine a media mañana.
—Sí, Byron está listo para las fotos a las dos de la tarde. ¿A qué hora llega Nicholas?
Keira miró su reloj. —Se supone que a la una.
Janine sonrió. —¿Todo listo para la entrevista?
—Estoy nerviosa. No sé cómo no ser su esposa mientras lo esté entrevistando.
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Faltaba un minuto para la una de la tarde cuando Keira escuchó un golpe a su puerta.
—Adelante. —Dijo desde detrás de su escritorio.
La puerta se abrió para dar paso a Nicholas. Se había cambiado de ropa. Traía un traje azul oscuro, camisa blanca sin corbata, un pañuelo gris con estampados azules en el bolsillo de la chaqueta, e impecables zapatos marrones. Ella sintió como se le secaba la garganta.
—Wow... —Se escuchó decir.
Nicholas se quitó los lentes oscuros que traía, y dio media vuelta frente al escritorio. —Te gusta, ¿Huh?
Keira río. —Eres bastante engreído.
Él le guiñó un ojo. —¿Estamos listos?
Ella se levantó y se encaminó a él. —Siéntate, por favor.
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Aproximadamente cuarenta y cinco minutos después, Keira hubo terminado. Presionó un botón en la grabadora que descansaba sobre la mesa en medio de ellos, y le tendió la mano a Nicholas.
—Muchas gracias.
Él la tomó, y plantó en ella un beso, mirándola a los ojos. —Gracias a ti.
Keira sonrió. —¿Listo para las fotos?
—No me gustan las fotos. —Suspiró-. Pero adelante.
Salieron de la oficina. Ella lo tomó de la mano y se dirigieron al elevador. Descendieron un par de pisos hasta llegar al set.
Era una oficina. No se parecía a su oficina real, pero serviría. En el lugar se encontraban cámaras y luces, un área de maquillaje, y varios cubículos detrás de los cuales se encontraban algunos empleados. Podían escuchar el usual murmullo de sus voces.
—Este es Byron. —Keira lo dirigió a un joven detrás de unos equipos de iluminación-. Byron, este es mi esposo.
—Nicholas. —Dijo él, tendiéndole la mano.
—Un gusto. —Byron respondió con una amable sonrisa.
—Esta es el área de maquillaje. —Keira le dijo-. Y ella es Betty.
Una joven asiática levantó la vista de sus materiales y le sonrió. —Mucho gusto. —Acercó al rostro de Nicholas un par de muestras de base de maquillaje, tratando de descifrar cuál color iba con su piel.
—¿Qué hace? —Murmuró a Keira, echando hacia atrás disimuladamente.
Keira se cubrió la boca con las manos para ocultar su risa, y se llevó a Nicholas de la mano.
Él se negó a usar maquillaje, la directora artística, quien llegó minutos después, no tuvo ningún problema con su decisión.
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Disimula. -II-
RomanceEn el libro I de Disimula., Nicholas y Keira decidieron darle una oportunidad a su matrimonio. Sin embargo, no todo fue color de rosa. Keira, indecisa entre dos amores, terminó marcada de por vida. Acompaña a Nicholas van der Voort y Keira Auguste s...