Disimula. -II-

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Unos cuantos días pasaron y las mentiras que llevaba encima le añadían un peso enorme a su diario vivir. Neal no se había comunicado con ella luego de entregar a Lucille, pero sabía que estaba próximo a hacerlo.

No dormía, no comía, se le estaba cayendo el pelo, no podía concentrarse en otra cosa que no fuese encontrar una manera de salir de aquello sin que nadie resultara lastimado.

Estaba en la oficina cuando Janine le pasó una llamada.

—Ya es tiempo. —Neal le dijo.

—Neal...

—Te demostré que soy capaz de muchas cosas, ¿No?

—Te puedo dar dinero... Puedo conseguirlo de cualquier manera.

—Yo no necesito dinero, preciosa. Solo que dejes a ese hombre.

—Aun deje a Nicholas, yo no voy a estar contigo.

Él rio. —Confío en que puedo ganarme tu amor una vez más.

Podía sentir como comenzaba a temblar. —Yo nunca voy a amarte... Yo no conocí el amor de verdad hasta que...

—Esto es lo que va a pasar. En unos minutos un abogado que contraté estará notificando a tu futuro ex esposo sobre la demanda de divorcio.

—¿Estás loco? —Se levantó de su sillón de un salto-. ¡Tú no puedes hacer eso! ¡Yo no he firmado nada! ¡Yo no....!

—Keira, deja de pensar en lo que no puedo hacer.

—Le voy a contar la verdad a Nicholas, no me importa nada.

—¿Sabes? Me han enviado unas fotos interesantísimas de tu hermana Verena... ¡Qué mujer! Sería una lástima que ocurriera una desgracia en el orfanato donde trabaja... Digo, por los niños también, ¿No?

—Nicholas va a enviar protección para mi familia, tú no vas a poder hacerles nada.

—¿Quieres apostar?

Keira colgó el teléfono. No sabía cuales serían las repercusiones, pero las esperaba.

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—Señor van der Voort... —Jackie entró en la oficina de Nicholas-. Me acaban de llamar de recepción. Hay una abogado que viene de parte de la señora Keira, quiere verlo.

—¿Un abogado de parte de mi esposa?

—Sí, señor.

—Pídele que pase.

Llamó a Keira de inmediato para saber de qué se trataba, pero no contestó. Cuando quiso volver a marcar, el desconocido entró en su oficina.

—¿Nicholas van der Voort?

Nicholas no respondió, lucía confundido.

Él abogado no se inmutó. Le entregó un sobre sellado. —Ha sido notificado. —Le dijo antes de salir.

—¿Qué...diablos...? —Masculló mientras abría el sobre.

Sacó de él un documento que escaneó rápidamente con la mirada, volvió a meterlo en el sobre, y salió de la oficina.

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—¿Qué diablos es esto? —Le gritó, irrumpiendo en su oficina.

Keira levantó la vista de su escritorio para ver a Nicholas acercándose a ella, y a Janine detrás.

—Traté de... —Janine comenzó.