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Ella desvió la mirada. —Oh, esto... Al parecer me lastimé cuando me desmayé en tu fiesta.

Nicholas entrecerró los ojos. —Nunca tocaste el piso, Blake... Ese hombre, tu novio, o tu esposo, no lo sé, te sostuvo.

—Si, me lastimé... ¿Para qué me necesitabas?

—Blake, usualmente hago esto mediante recursos humanos, pero.... Hiciste un trabajo excepcional con la campaña. Quiero ofrecerte una posición permanente como directora de negocios internacionales para la región de Norteamérica.

Blake dio un respingo que intentó disimular de inmediato. —¿Estás hablando en serio?

—No bromearía con algo así. ¿Qué dices?

—Um... Voy a pensarlo, ¿De acuerdo?

—¿Qué hay que pensar? Es un oportunidad que no llega todos los días.

—Tengo muchas cosas que considerar, Nicholas. Tendré una respuesta en poco tiempo lo prometo. —Suspiró-. ¿Eso era todo?

______

En la tarde, Nicholas y Keira se reunieron con Frank Hill en el estudio de la casa.

—Una vez presentemos estos documentos con la información personal de cada uno, recibirán una decisión del Departamento de Servicios Sociales diciéndoles si son elegibles para adoptar o no.

Ambos estaban concentrados en completar las formas frente a ellos.

—¿Cuánto tiempo se tardará? —Preguntó Nicholas, sin detener el bolígrafo.

—Usualmente se toma unos meses...

Keira paró de escribir, su rostro denotando decepción absoluta.

—Pero estoy seguro de que con mis contactos, y su apellido, podemos recibir una respuesta en un par de semanas como máximo. —Les dijo Frank.

—¿Eso es legal? —Keira preguntó, confundida.

—Nada de malo en cobrar algunos favores, Keira. No tienes  de qué preocuparte.

______

—¿Un bebé de Santa Lucía? —Nicholas le preguntó esa noche, mientras estaban ambos en la cama.

—Sí... ¿Qué piensas tú?

Él se aclaró la garganta. —No....No lo sé, Keira. Yo...

—¿Por qué importa de donde adoptemos al bebé? Digo... mientras sea un bebé saludable y todo legal, no veo por qué es un problema.

_____

—¡Nicholas! —Keira entró en la habitación, con su portátil en manos-. ¡Amor!

Nicholas estaba terminando de vestirse. Traía pantalones de algodón, y una toalla alrededor del cuello. —¿Qué sucede? —Preguntó un tanto alarmado.

—Frank acaba de enviarnos los datos sobre los bebés que pueden ser adoptados en Santa Lucía.

—Oh... ¿Ya los viste?

—No, quiero que los veamos juntos.

Se sentaron en la cama. Keira podía sentir la tensión que emanaba del cuerpo de Nicholas. Una parte de ella se sentía culpable, pero aquello fue pronto reemplazado por la dicha de tener un bebé que podría llamar suyo.

Estuvieron estudiando varias fotos, Keira comenzó a decepcionarse porque ninguna la hacía sentir la conexión que esperaba.

—Espera... Regresa... —Nicholas le pidió, cuando una de las fotos por fin llamó su atención.

Disimula. -II-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora