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—Jungkook oppa, por favor sal conmigo— suplicó una chica que se mantenía férrea al brazo del mencionado, el cuál no le brindó de su interés a la declaración. La chica se restregó aún más en su brazo haciendo que JungKook se comenzara a irritar.

— Mira... Señorita, lamento decirle que mi corazón le pertenece a alguien más.— sentencio JungKook, soltando el agarre que la chica imponía.

—¡Eres cruel!— gritó entre lágrimas, al mismo tiempo que corría, haciendo que más de uno sintiera pena por la joven.

JungKook no le tomó importancia, siguiendo su camino rumbo a su aula, murmullos se escuchaban en los pasillos, relatando un nuevo rechazo del famoso y guapo Jeon.
"Es su rechazo número 95"
"¿Quién será la siguiente víctima del rechazo?."
"¿Algún día aceptará a alguien JungKook?"

JungKook no prestó atención a lo que decían , pues ya era una costumbre que las personas hablarán de él.

Su mente tenía algo más importante en que pensar y preocuparse, así es, ya casi se le había acabado su galón de leche de banana y era momento de irla a comprar. Sabía que era un vicio que pronto lo llevaría a la ruina, e incluso era algo ridículo, pero haría lo que fuera por beber sus cuatro litros diarios.
Fuese lo que fuese el precio a pagar.

Jeon llegó a su aula sin ningún otro imprevisto más, se sentó en la esquina de la última fila de sillas, a lado de los ventanales, sus ojos miraron con desdén a todos sus compañeros que aún hablaban de él dedicándole miradas para nada discretas, tomó asiento y permaneció callado durante el resto de tiempo libre antes del inicio de clases.

—¡Buenosss~ días!.— dijo el chico de cabellos rubios quien entraba con una diadema de jirafa en su cabeza, sonrió para todos con su enorme sonrisa rectangular, ninguno contestó mirando con pena al joven.
JungKook le dedicó una vaga mirada a Kim, una vez más lucía extrañamente raro.

TaeHyung corrió a su banca la cuál se ubica enfrente de la de Jeon. — buenos días kookie— sonrió una vez más.

Jungkook movió su cabeza a un lado mientras una mueca adornaba su rostro,  siendo este el saludo que regreso a Kim, le observó una vez más.— Kim, te quedarás calvo— opinó con indiferencia, dando por terminada la conversación.

Él sonido de la puerta abrirse y el saludo seco del profesor dió por iniciado la primera clase del día.

KIM'S "B"---KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora