Nuestro Mundo (JinMin) EN EDICIÓN

N -5- M

Al día siguiente Jimin se levantó más tranquilo tomó su bata y se la puso cuando salió de su habitación busco a Seok Jin pero este no estaba por ningún lado.

— seguro salió a comer algo... _camino hacia la cocina y tomó una botella de agua_ es un brabucon

Y el ángel no estaba tan equivocado, después de todo pero lo que no sabía era que el joven demonio había vuelto a salir después que el se fuera a dormir.

Cuando terminó su cereal escucho la puerta y sin duda era Seok el cual no venía con las manos vacías.

– toma. — extendio su brazo hacia Jimin  y en su mano estaba una bolsa de papel blanca — dijeron en esa tienda que es una buena forma de pedir disculpas.

— gra-gracias... — tomó en sus manos la  bolsa y cuando la abrió ahí estaban dos donas o rosquillas — se ven deliciosas... Prepararé café para comerlas.

El pequeño ángel de dedicó una sonrisa la cual encantó a Seok Jin.

Ya en la pequeña sala de estar que tenían Jimin estába muy feliz comiendo su dona.

— veo que te gustó. — Seok Jin dio un sorbo a su café —

— si me gusta mucho el dulce. —estaba por terminar su dona y Jin vio como estaba claro que quería mas—

— comete ambas. — le entregó la suya Jimin negó pero sus ojos no pudian metir — las compré para ti, a mi no me gusta el dulce.

Con solo escuchar eso Jimin tomó feliz lo que le ofrecía en joven demonio.

— puedo preguntar porque tu padre te castigo... — Dijo de manera tierna con las mejillas llenas — hiciste algo malo.

— me acosté con una de sus amantes, según es la que más quiere... — rodó lo ojos con fastidio —

— oh... Osea que tu eres así como un promiscuo...

— algo así... —rio por la inocencia en los ojos de Jimin — te dije que también me acuesto con hombre...?

— qu-eee... — prácticamente escupió el café — como es eso posible...

— si, es mejor que acostarse con mujeres, se siento mejor. —sonrió de lado— si algún día quieres experimentar solo dímelo.

Jimin se había quedado en blanco al escuchar semejante cosa, algo que le hizo negar y fruncir el ceño.

— eso está mal, según las leyes divinas.

— Claro... Leyes que yo no sigo por naturaleza, además no me digas que los ángeles no hacen de las suyas.

— no, claro que no.

— ok, y cuéntame más de ti, como empezaste hacer un ángel.

— pues... No lo sé solo se que ya estaba ahí, no recuerdo nada de mi vida humana.

— no quieres saber... — lo miro con una sonrisa —

— mmm no, dijeron que no debo de recordar ya que estaría violando el reglamento.

Jin solo lo miró con una ceja levantada y pensó que tan aburrido era el podré chico.

— muy bien, iré a descansar un poco ayer no dormí nada.

Se levantó y antes de desaparecer en el corredor dijo.

— hoy también saldré, si quieres hacer bien tu trabajo debes de estar listo a las 10.

No dijo más y fue a su habitación.

— porque no quedarse en casa y ver películas es algo que todos disfrutan también.