1 - This is what it takes

2.7K 153 183
                                    

•Alex•

Estoy realmente agotada.
Mi turno se está extendiendo ya en catorce horas seguidas con un par de descansos en los que he hablado por mensajes con Piper que está bastante molesta.
Se supone que ésta semana incluso tengo horario por la mañana, pero de ayer a hoy me lo han cambiado a la noche sin previo aviso, pues resulta que nuestra directora general me ha asignado a monitorear a los internos desde que volvimos de vacaciones decembrinas, y si no fuera suficiente lidiar con ellos todo el día, ahora debo hacerlo incluso por la noche. Hago parte de su trabajo y también del imbécil de Larry, lo que me hace prácticamente la jefa de internos, sin siquiera ser yo la dueña de ése titulo. Obviamente sabe lo mucho que me cuesta establecer cualquier tipo de relación social, y sobre todo, lo mucho que aborrezco trabajar con ellos.
Me recuesto por tercera vez en una de las literas de la recién inaugurada sala de descanso para titulares y pretendo cerrar los ojos para descansar.

No sé cuánto tiempo pasa, la verdad es que a penas toco la dura litera caigo rendida presa del cansancio, pero un par de besos tan sutiles como el aleteo de una mariposa me despiertan.
Y de inmediato sé quién me los está dando.

*Alex: -Pipes...- suspiro y sonrío al verla sentada en el borde de la litera a mi lado.

*Piper: -Mi preciosa y amada prometida está muy agotada...- finge un puchero y acaricia mi mejilla.

*Alex: -¿Qué haces aquí, amor?-

*Piper: -Vine a llevarte a casa.- su tono es firme. -Sé que no estás en condiciones de manejar, y he hablado con Zelda.-

*Alex: -¿Qué hora es?- Estoy evidentemente desubicada.

*Piper: -Cerca de las doce... Es medio día, Alex...-

*Alex: -Iré a entregarle mi reporte y decirle que debo ir a casa.- Mi determinación me asombra, porque realmente he tratado de hacer caso a las indicaciones de Zelda.

*Piper: -No hace falta, he estado en su oficina y está de acuerdo en que te marches conmigo y dejes eso para mañana.- Su expresión es de molestia y debo admitir que yo también lo estoy, pero creo que por las razones equivocadas, puesto que a mí no me gusta que Piper haga este tipo de cosas, aunque sé que es porque se preocupa por mí.

*Alex: -No debiste...- suspiro. -Pero si me das un beso quizá olvide que has hecho eso...- Ella sonríe negando con la cabeza y en un instante sus labios están sobre los míos de forma intensa.
Me aferro a sus mejillas y la llevo conmigo, mitad de su cuerpo está encima de mí y sé que no deberíamos estar haciendo nada de esto.
Su mano traviesa navega en mi cintura y luego sube para apretar uno de mis pechos mientras gime en mis labios.

*Piper: -Te echaba de menos...- dice y pega su frente a la mía.

Veo sus mejillas sonrojadas y jamás voy a cansarme de eso.
Adoro ver su rostro avergonzado después de cualquier contacto conmigo, mi prometida es tan hermosa que incluso me dan ganas de llorar cada que pienso en que pronto va a ser mi esposa.

*Alex: -Vámonos...- Un último beso y estamos saliendo de ahí con urgencia.
Camino a su lado y me siento completa, a pesar de que él hospital últimamente se ha vuelto una tortura no cabe duda de que mi chica lo mejora absolutamente todo.

Al salir por las puertas de cristal rumbo al estacionamiento, Nicky nos alcanza con su escándalo habitual.

*Nicky: -¡Hey! ¡Vauseman!- grita a los cuatro vientos, ella insiste en darnos ese apodo desde que se ha enterado que vamos a casarnos.

CONDENADAS A ESTAR JUNTAS 2: PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora