EPÍLOGO

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-EVERLASTING-

•Alex•

*Piper: -¿Otra vez tarde?- Gruñe tras de la puerta.

*Alex: -Hola para tí también, amor.- Mi forma cariñosa de ser no me abandona ni aunque mi esposa últimamente esté enojada todo el tiempo.
En especial por las mañanas.

*Piper: -Alex, tuve que terminar el asunto de la nómina yo sola.-

*Alex: -Bebé, no tenías qué hacerlo...
Te dije que en cuanto yo llegara lo iba a terminar.-

*Piper: -Los empleados no pueden aguardar tanto. Solo te esperaba para darte los papeles, y quiero que sepas que esto no es justo.- Pretende salir de la oficina pero soy más rápida y la tomo por la cintura.

*Alex: -Hey, hey, hey...- Sus ojos azules me miran con molestia. -Gracias amor, te lo voy a recompensar, lo prometo.- Beso sus labios apretados que me devuelven el beso como si no le quedara otra opción.

*Piper: -Claro que me lo vas a recompensar, te harás cargo de la cena las próximas dos semanas.- Me empuja y se va de mi oficina.

Aunque no quiere ceder, sé que me ama en el fondo, igual que siempre. Por fin Pipes está haciendo su especialidad en neurocirugía pediátrica, como lo deseó desde hace mucho tiempo, y eso, aunque la tiene emocionada, también la tiene llena de estrés, sin contar que está casi siempre molesta conmigo.
Y es que acepto mi culpa, digo, he estado llegando tarde todas los días al hospital hace meses y ella es quien se encarga de la mayoría del trabajo por las mañanas, ¿pero qué puedo hacer?
Siempre he amado a Piper, pero hace tiempo que hay alguien más que ocupa parte de mi atención.
Sí, otra chica.
Sus cabellos rubios me recuerdan a Piper aunque no por completo, pues en su humor son bastante distintas.
Hace meses, cuando se apareció en mi vida creí que la situación no sería tan complicada, que sabría manejarlo y Piper no notaría ninguna diferencia en mi uso del tiempo, pero vaya que me equivoqué.
Ésta y todas las mañanas en que he llegado tarde me la he pasado con ella.
Besar sus mejillas se ha convertido en lo mejor de mis mañanas, y por supuesto que, aunque debo ser cuidadosa en el hospital, no puedo resistirme a ella.

Cuando me mira es como si yo fuera lo mejor de su vida, y hace tiempo que no me sentía así por alguien a parte de Piper.
Sus ojos brillantes se agrandan y sonrien mientras sus labios perfectos y carnosos se llenan de júbilo cuando me le acerco.
No puede ocultarlo, y yo tampoco, estamos locas una por la otra y no hay quien pueda hacer que eso cambie.
Abrazarla a mi pecho es sentir calma y también puedo escuchar mi propio corazón latiendo con fuerza por la emoción que me da tenerla cerca. De hecho, tan solo verla aparecer en mi campo visual me hace sentir la mujer más afortunada del mundo.

Cuando acaricio su cabello mi cuerpo entero vibra y no puedo siquiera creer que ella esté conmigo ahora.
Por supuesto que también tengo a Piper, y jamás voy a dejar de amarla, solo que la manera en que me siento por mi nueva nena es imposible de ocultar.
Estaba en el destino. Al igual que la llegada de Piper a mi vida, por alguna razón ella también llegó, y debo decir que justo cuando más la necesitaba.
No me malinterpreten, mi vida con Piper sigue siendo bastante buena, cariños intermitentes aunque debo decir que con menos frecuencia que antes, hacemos el amor como locas siempre que hay oportunidad, tomamos nuestros alimentos juntas y, aunque poco, a veces salimos a pasear o a cenar juntas.
Amo pasar tiempo con mi mujer, especialmente las veces que ella intenta ser tolerante conmigo y termina arrancándome la ropa porque está enojada, y eso es lo que últimamente pasa.

CONDENADAS A ESTAR JUNTAS 2: PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora