4 - Hero

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•Alex•

Es un día como cualquier otro, y el recuerdo de la noche anterior me hace sonreír.
Piper se ha quedado en casa en vez de ir al trabajo, y hemos tenido la noche entera para ambas.
Podríamos haber hecho demasiadas cosas, sin embargo, tras un masaje en la espalda mi hermosa rubia se ha quedado dormida sin que siquiera hayamos podido hacer nada más.
Aún así, tenerla toda la noche en mis brazos me hace sonreír como tonta desde que abrí los ojos al sonar de mi alarma.

Hace tiempo que no podíamos dormir así, y lo he disfrutado muchísimo.

Camino al hospital me encuentro con una larga fila de autos que están detenidos en la autopista.
Enciendo las luces intermitentes del auto y me detengo tras el último de los coches en la fila.
Los claxons de los conductores desesperados envuelven el ambiente volviéndolo una bruma de ruido estresante del cual no se ve entrada ni salida, simplemente no hay retorno y estoy atrapada aquí.
Suspiro con fastidio y reviso mi celular; faltan veinte minutos para las 8am, hora en que inicia mi turno. Y tras dejar a mi hermosa prometida en camino también a su hospital, para cubrir la guardia de alguno de sus colegas, y siendo esa la razón por la que la noche anterior la pasó en casa, ahora estoy aquí.
Con la poca paciencia que me queda, decido no unirme al coro de claxons y bajo del auto para acercarme al oficial más cercano y ver qué sucede.

*Alex: -Buenos días oficial... O'Neil...- digo poniendo atención en su placa. -¿Podría decirme si hay alguna vía de acceso por la que pueda salir? Soy doctora titular del hospital Presbiteriano, y necesito llegar con mis pacientes...- No quiero sonar pretenciosa, pero de alguna forma sé que he sonado así.

*Oficial O'Neil: -Oh Dios, es un verdadero milagro... Venga conmigo, doctora...- duda un segundo.

*Alex: -Vause, Alex Vause... Pero no me ha dicho cómo salir de este embotellamiento...- me toma del brazo y me conduce entre las filas de autos.

*Oficial O'Neil: -Estamos esperando a los paramédicos desde hace más de treinta minutos, y hay una chica en estado crítico sobre el asfalto... La necesitamos doctora Vause.-

*Alex: -Siendo así, déjeme tomar mi maletín, quizá algo de mi material sea útil.-

Regreso al auto y tomo mi maletín, además del botiquín médico que siempre llevo en la guantera, más por cultura inculcada por mis padres que por ser doctora, puesto que desde siempre ellos tienen un botiquín también en sus autos, solo que el mío es más sofisticado y con un montón de cosas más.
Camino de forma rápida haciendo zigzag entre los autos hasta llegar al frente, donde ha sucedido el accidente; hay personas heridas pero aún conscientes, sangre por dónde quiera que volteo. Hay pedazos de vidrio y también humo, además de otras partes de auto que difícilmente podría reconocer. Las personas se quejan y lloran, pero la más grave es la chica que, como el oficial me lo ha dicho, yace en la carretera totalmente inconsciente.
Me acerco a ella con velocidad, y tras poner mis cosas en el suelo, reviso su pulso que aunque es débil, afortunadamente aún está en ella, en seguida tomo mi lámpara para revisar sus ojos.
Levanto uno a uno sus párpados y señalo con la pequeña linterna hasta notar que sus pupilas están dilatadas de forma desigual, y sé lo que significa.

*Alex: -¡Tiene una hemorragia cerebral! Tenemos que sacarla de aquí, ¡ahora!- grito a los oficiales que conversan por radios unos con otros.

Una hemorragia cerebral ocurre cuando revienta un vaso sanguíneo en el cerebro, causando sangrado dentro del tejido circundante, hinchazón y presión intracraneal incrementada. También la sangre se puede acumular y formar un coágulo, denominado hematoma, pero con tan poco material me es difícil predecir la gravedad del asunto, lo único que sé es que debemos llevarla a un hospital pronto.
No hay camillas ni paramédicos, y estoy segura de que tiene varias fracturas, por lo que no podemos moverla de forma brusca.

CONDENADAS A ESTAR JUNTAS 2: PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora