CONDENADAS A ESTAR JUNTAS 2: PARA SIEMPRE

11 - Comfortably numb

•Alex•

¿Cómo es que de un momento a otro me siento tan miserable como antes? En una fracción de segundo y tras ver esa imagen, mi mente maquina de inmediato cómo podría ser el futuro de Pipes al lado de Zelda; llena de comprensión, amor, ternura y un montón de cosas dulces más, porque yo sé que esa pelirroja es lo suficientemente linda como para hacer sentir bien a Piper.
Odio verlas conversar, odio verlas cerca, odio que rían, y más aún odio verlas abrazarse y ver cómo tras un intento de ella de besar a mi chica, ésta no se aleje, si no más bien, que decida secar sus lágrimas.

"Y por más que quisiera no podría corresponder a tus sentimientos"

La frase me queda sonando como el repiqueteo de una campana en medio del silencio. ¿Qué significa eso? ¿Que quisiera corresponderle? 
El asunto es tan jodido, y se jode cada vez más conforme lo pienso. No debería haber ido a ese maldito lugar, pero como siempre éstos últimos tiempos, he dejado ganar a mi maldito lado cursi y quise cumplir mi promesa de estar ahí para ella, para aplaudirle.
Estoy de nuevo en el trabajo, anunciándome con el doctor Caputo para revocar el favor que le había pedido de cubrir mi guardia, ahora no me apetece nada más que llenarme de trabajo y así lo hago.
No quiero ir a casa.
Mi celular suena una y mil veces, pero ni siquiera soy capaz de responder o ver su foto iluminar mi pantalla, porque estoy verdaderamente molesta.

¿Por qué tenías que estar precisamente con ella y decirle que es preciosa? Pipes, ¿es que a caso te gusta ponerme en éste tipo de situaciones en que mi yo insegura sale a relucir? Estoy perdida.

Ni siquiera tengo los nervios para realizar cirugías, así que únicamente me quedo en el ala de urgencias atendiendo accidentes menores de la mejor manera que puedo.
Ésta es una de las áreas que más papeleo requieren, y por lo tanto, de las que más odio, pero ahora es justamente lo que necesito, ocupar mi mente y llenarme de tanto trabajo como sea posible para no pensar aún más en lo jodido que es haberla visto tan cercana a Zelda después de todo.
No es que le pida que la odie, porque de alguna forma creo que Zelda ha sabido ganarse su cariño desde el primer día, pero también ha sabido como fastidiarnos a ambas, y aún así, Pipes quiere ser su pañuelo de lágrimas y consolarla por no poder tenerla porque estoy yo en medio, manteniéndola atada a mí como un ancla.
Estúpida Zelda.

Me consume la rabia cada maldito segundo, porque no soy capaz de sacar a ninguna de las dos de mi mente, y no son pensamientos precisamente agradables los que me consumen.
Mi boca se seca demasiado, y creo que ni siquiera voy a poder dormir un momento. Por primera vez desde que conozco a Piper no quiero verla...
No quiero ver su preciosa cara triste, ni tampoco hacerla sentir presionada por contarme alguna explicación, porque yo vi demasiado en sus simples acciones.
Acaricio el anillo quitándolo del collar y lo observo a contra luz de la pequeña y opaca lámpara de uno de los dormitorios de descanso.
Sus ojos azules llenos de miedo llegan a mí y se clavan directo en mi pecho como si fuera una estaca directo al corazón.
¿Por qué reflejar miedo si no están haciendo nada que se considere como malo? Me sacudo un poco la cabeza y llevo el anillo a mis labios. 
Está frío y el solo sentir el pequeño diamante azul contra mi boca me hace derramar una lágrima, jamás en la vida me he sentido tan jodida como en éste momento, ni siquiera cuando ella se fue a L.A. y se supone que habíamos terminado.
Enciendo mi celular y mientras se inicia, me hago un ovillo sobre la cama tan dura como una lápida, y seguramente es igual de cómoda.
A penas arranca la interfaz de la pantalla me llega un mensaje tras otro y en un intento de quitar las notificaciones de mi pantalla, presiono una y se abre la conversación.