33 - Atlas: Seven

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•Alex•

El calor es intenso cuando mi mente es consciente de que ya es de mañana.
Mis caderas están moviéndose por si solas, mientras siento como incluso mis mejillas están calientes.
Electricidad que recorre mi cuerpo, gotas de sudor formándose en mi frente y mis manos apretando las sábanas de la cama.
Debo estar soñando.
Y no es hasta que gimo y trato de apretar mis muslos que me doy cuenta de la bella cabellera rubia que está entre mis piernas.
Su lengua tortura mi clítoris con pequeños toquesitos que me hacen anhelar por más.

Mierda. Daría mi vida entera por despertar así todos los días.

*Alex: -Joder... Pipes..- Jadeo tomando un mechón de cabello en mis manos y pegándola más a mi sexo. -Así... Lo haces tan bien, bebé...- Ella ni siquiera se detiene cuando hablo; incluso comienza a succionar con fuerza y mis piernas se abren más de forma automática, pero en seguida ella baja el ritmo y vuelve a las exquisitas y tortuosas lamidas lentas.
Cierro los ojos y me concentro en su mágico toque, en la forma en que su boca envuelve mi sexo a la perfección y estimula cada rincón como una maestra en ello.
Con todas mis fuerzas trato de coordinar mis movimientos para incorporar mi cabeza y poder mirarla, sus ojos azules me poseen y de inmediato me corro.
La forma tan sensual en que me mira es el único detonante que hizo falta para liberarme por completo.
Mi espalda se arquea abriendo mis piernas y dándole todo de mí y ella sin pensarlo lo toma, parece que una fuente se ha desatado entre mis piernas y no parece querer detenerse, pero ella tampoco lo hace y bebe cada gota de mi orgasmo con avidez.
Cuando me ha dejado limpia y nuestras respiraciones comienzan a calmarse, ella sonríe aún con el rostro recargado en mi muslo.

*Piper: -No duraste ni un poco, Al...- Se burla mientras se limpia la boca con el antebrazo.

*Alex: -Tus ojos son...- suelto un suspiro. -Me encanta verte cuando estás devorándome, no puedo evitarlo.-

*Piper: -Trataré de mirarte así más seguido...- Se muerde los labios y nos besamos por un largo rato.

*Alex: -¿Te parece que pidamos algo de comer? Mi apetito ya está completamente restaurado...- Acaricio su mejilla. -Pero ésta vez nadie irá a comprar nada, pediremos servicio a la habitación.-

*Piper: -Me alegra que ya estás mejor, y aún estoy recordando lo celosa que estabas por el francés... Espera que se lo cuente a Nicky.- Se carcajea.

*Alex: -Tú deberías de haberte puesto celosa, pero te vi muy divertida mientras el tipo me daba halagos y me invitaba a salir.- La golpeo suavemente en el brazo.

*Piper: -¿Celosa?- Se ríe. -Mi esposa es la más grande lesbiana del mundo entero, ¿cómo es que iba a ponerme celosa por un tipo? Si hubiera sido una linda chica, ten por seguro que la habría lanzado sobre la arena antes de que tú volvieras.- Su voz no parece broma en absoluto.

*Alex: -Ese es el punto bueno sobre mí.- Me encojo de hombros. -Mis opciones se limitan a la mitad de las tuyas.-

*Piper: -Mi única opción se llama Alex Pearl Vause, y no podría estar más feliz por ello...-

Comemos en los camastros fuera de nuestra tienda, y la vista es maravillosa.
Ahora estamos en Koh Kong, la frontera entre Camboya y Tailandia.
Fahri se ha lucido con el hospedaje ésta vez, pues sorprendentemente tenemos una tienda en el 4 rivers floating lodge y es un lugar precioso.
Se encuentra a orillas del río Tatai y ofrece magníficas vistas, un restaurante y un alojamiento tranquilo en villas de tipo tienda construidas sobre el agua. Las villas ofrecen vistas a los montes Cardamomo y cuentan con terraza propia cada una.
Se trata de un oasis de privacidad e intimidad combinado con lujo; una hilera de alojamientos en forma de carpas asomadas a la orilla y rodeadas por inmensas montañas.
Pero a pesar de tanta belleza, lo que más ocupa mi vista es Piper, no podría estar disfrutando de nada como lo hago con ella.
Le encanta descansar bajo el sol, y a mi me encanta verla en bikini.
Se ve tan sexy y tan libre que probablemente guarde esas imágenes en mi cabeza por el resto de mi vida.

CONDENADAS A ESTAR JUNTAS 2: PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora