23 - Invincible

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•Piper•

Y como se lo dije a Alex, no he podido apartar la idea de ella atada para mí.
Aquella imagen y sensación de poder me acaloran cada vez que llegan a mi mente, haciendo que no pueda contenerme, si de por sí era difícil, ahora es imposible.
Pasados un par de días de mi ceremonia, voy al hospital a recoger mis cosas, y por supuesto, a despedirme de las personas con quienes hice algún tipo amistad.
Artesian parece ser la más desconsolada de todos, incluso me parece que sus ojos están sonrojados como si quisiera llorar.
Por último en mi visita, voy a la oficina de Jacob, no es que tenga mucho que decirle, pero es mi jefe, y al menos quiero demostrar que yo si tengo la suficiente educación como para separar las cosas personales de lo laboral.
Toco a la puerta con los nervios invadiendo mi torrente sanguíneo, y paso saliva al escucharle decir que puedo entrar.

*Piper: -Buenos días, doctor Harrison.- Saludo entrando a ese lugar por última vez.

*Jacob: -Buenos días, Piper... ¿Te vas?-

*Piper: -Así es, quería pasar y agradecerle por todos los conocimientos que compartió conmigo, ha sido...- Busco rápidamente las palabras correctas, porque si me lo pienso bien, no ha sido un placer estar con él todo éste tiempo. -Ha sido de mucha ayuda en la construcción de mi conocimiento, así que, gracias.- Le sonrío a penas.

*Jacob: -Ya puedes hablarme con camaradería, ya no seremos más colegas...-

*Piper: -Preferiría que no. Para mí usted siempre será el doctor Harrison. Como se lo he dicho, solo quería agradecerle, no le quito más su tiempo, con permiso.- Hago el intento de salir, pero él me sigue y detiene la puerta para que no pueda abrirla. Lo miro con molestia, y él parece que ni siquiera sabe qué hacer.

*Jacob: -Lamento haber sido un imbécil y hacer que tu estadía aquí fuera terrible los últimos meses...- Suelta como si fuera un enorme peso en su pecho.

*Piper: -Eso terminó, así que ya no importa.-Jalo la perilla de la puerta girándola.

*Jacob: -En serio lo siento... Y te agradecería mucho si puedes pensar en éste hospital como una de tus opciones para trabajar... Sabes que eres bien recibida aquí.-

*Piper: -Gracias. Pero ya le he informado a mi paciente, el sr. Lincoln, que no trabajaré más aquí.-

*Jacob: -¿Así que lo abandonarás a su suerte en mitad de su tratamiento?-

*Piper: -No, le avisaré sobre mi nuevo lugar de trabajo, él está en todo su derecho de ir allá o buscar otro doctor.-

*Jacob: -Sería más fácil que siguieras aquí, así no habría cambios...-

*Piper: -Eso no está a discusión. Si me disculpa, debo irme. Buen día.- Un último vistazo a su rostro que parece triste, y por fin logro salir.

El caminar por el pasillo me resulta incluso liberador.
Hace tiempo que no me siento así, tan contenta por estar haciendo mi camino, por lograr lo que me propongo, y sobre todo, el sentirme precisamente libre me hace sonreír como loca.
Parece que en mi cabeza suena "You make my dreams come true" de Hall & Oates, y me imagino a todos bailando a mi al rededor, celebrando que por fin estoy saliendo de éste lugar como una mujer libre, como toda una doctora titular.

Cuando vuelvo a casa, me encargo de limpiar un poco y también busco las cosas necesarias para hacer algo de comida para que cuando Alex vuelva, esté todo listo.
En la alacena hay algunas latas de salsa para pasta, así que elijo una estilo bolognesa y creo que bastará.
No tenemos carne ni vino, pero aún así me alcanza perfectamente el tiempo para ir al supermercado y volver antes de que mi prometida esté en casa.

CONDENADAS A ESTAR JUNTAS 2: PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora