Casada Con El Extraño ‹Segunda Temporada› |h.s|

Capítulo 54

*Últimos capítulos*

Harry me miró feliz y siguió con lo suyo, sacándome varios gemidos. Yo quería hacer algo que jamás me había atrevido a hacer, bajé mis manos hasta su pantalón y lo desabroche, lo bajé un poco junto con su bóxer, mire su miembro que estaba muy erecto, lo tomé y baje hasta él.

Harry sólo me miraba sorprendido, lo tomé con mis manos y comencé a introducirlo dentro de mi boca, sólo miraba la cara de Harry, esa cara de placer. Subí y baje mis manos sobre su miembro, haciendo que Harry sacara gemidos de placer.

Me levanté y me quité toda la ropa quedando en bragas y el se encargó de quitármelas, él terminó de quitarse el pantalón y me acostó en el sillón, se puso sobre mi acariciando mis pezones.

Puse una de mis piernas sobre él, no me di cuenta de lo que estaba haciendo hasta que sentí como lentamente iba bajando y sentí un poco de dolor en mi feminidad, pero ese poco de dolor me puso feliz, ya que Harry me iba a hacer suya. Al sentir como su miembro ya estaba dentro mío era como una droga para mi, no quería que se apartara de mi.

Los besos apasionados y rápidos comenzaron. Harry metió su lengua en mi boca de una forma muy seductora, cada vez me hacia el amor más rápido y eso hacia que me excitara más, pero admito que me dolía un poco ya que su miembro es grande. Yo solo pasaba mis manos por sus perfectos brazos llenos de tinta, por todo su abdomen que estaba muy formado y marcado.

Todo era pasión, una noche hermosa, la fogata de esa sala, la alberca, la luna, los grillos sonando, las estrellas, nadie en la casa más que nosotros tres. Harry y yo demostrándonos nuestro amor.

Pasaron alrededor de siete horas y no nos dimos cuenta que estábamos dormidos.

Desperté al escuchar a Mollie llorando gracias al radio, cuando desperté miré debajo de mi y Harry estaba ahí dormido, él no tenia playera, solo tenia su bóxer. Al intentarme parar noté que solo estaba en bragas, tomé la playera de Harry y entré a la casa con el radio en mano. Subí las escalera hasta llegar a la habitación de Mollie, entré y ella no paraba de llorar.

Tu: ¿Que pasa, nena?

Cargué a la bebé y me senté en un sillón que estaba en mi habitación, intentado averiguar que le pasaba. Por más que caminaba por la habitación para que quedara dormida no se dormía.

Tu: ¿Pero que tienes hermosa? —Dije arrullándola— No se que hacer. Soy una mala madre.

Harry: No lo eres, solo tiene hambre. —Volteé y Harry se encontraba parado sobre la puerta—

Harry estaba sólo en bóxer con una mirada de sueño, pero alegre, y una hermosa sonrisa en el rostro.

Tu: ¿Amor, que haces aquí?

Harry: Estamos juntos en esto. Eres mi esposa y ella mi hija, son mi familia, nunca las dejaría solas. —Sonrió—

Tu: Gracias, le daré de comer... ¿Que le doy?

Harry: —Soltó una carcajada— Bueno, lo único que puede comer ahora es leche.

Tu: Tú eres mejor padre que yo, yo no se nada. —Miré a Mollie—

Harry: Somos buenos padres, solo que tú eres muy pequeña para haber tenido un bebé. Y lo lamento.

Tu: Nunca lo lamentes. Amo a Mollie, es nuestra hija, y yo quería formar una familia contigo, por eso la cuido y mucho.

Harry se acercó a mi y me besó, me volví a sentar en el sillón, bajando mi sostén para que Mollie pudiera comer un poco y dormir. Harry se sentó junto a mi y quedó completamente dormido, eso me dio un poco de risa, ya que no sólo tenia que cuidar a Mollie, si no también a Harry.