Todo el trayecto fue hecho en un silencio digno de un cementerio, apenas se escuchaban sus respiraciones, y era tan incómodo que decidió sacar su teléfono y empezar a hablar.
Emilia jamás se había sentido tan ignorada, lo único que pudo hacer fue mirarse las uñas y la verdad se sintió frustrada, era la primera vez que un hombre guapo, verdaderamente guapo la compraba y era tan de malas que era el hermano de Kevin. No se podía acostar con el hermano de Kevin, era como una especie de traición, pero el hombre ya había pagado y no había vuelta atrás, no le había lanzado una mirada lasciva o un comentario lujurioso, oh por dios ni siquiera la había tocado.
¿Sería gay? Imposible, recordaba muy bien lo que había leído, aunque bueno en esta época se veía de todo, su lengua empezó a moverse para hacer la pregunta pero, ¿cómo reaccionaría?
Decidió hacerla pero cuando hubieran bajado de aquel auto, si al hombre le llegada a dar un ataque de histeria no se iba a botar de un auto en movimiento, otra vez. Sí otra vez, recordó aquella vez que un tipo quería que le hiciera sexo oral mientras conducía, obviamente ella se había negado.
Había cosas de que definitivamente no se atrevía a hacer, el tipo se puso un poco violento y le empezó a jalar el cabello obligándola a agacharse, de repente sintió como restregaba el bulto debajo de los pantalones contra su cara, la furia creció en ella y lo pellizco en el brazo, él gritó pero seguía conduciendo.
Emilia le espetó que la dejara allí, él se negó, Emilia siguió gritando y amenazando con tirarse pero él hacía caso omiso, solo le decía palabras que ella jamás usaría contra otra mujer, por mas mala que fuera, así que lo único que pudo hacer fue abrir la puerta y tirarse, el golpe había sido tremendo, había tenido las rodillas raspadas largo tiempo, sin contar las palmas cortadas por el asfalto, en cuestión el tipo no se atrevió ni a frenar y menos mal, porque después de aquel super salto solo quería volver a casa y dormir plácidamente.
- Llegamos- dijo él sacándola de sus pensamientos.
- Bien.
Él se bajó de la limusina y estiró una mano para ayudarla, Emilia lo dudo por unos segundos pero aceptó, y cuando lo hizo sintió como su entrepierna se hinchaba de excitación, manos grandes callosas, manos de hombre, suspiró y se recordó a sí misma: "Distancias Emilia, conserva las distancias".
Pero tan pronto salió de la limusina el tipo se encargó de poner las distancias él mismo, estaban en un motel, Emilia había ido allí muchas veces, el lugar era bonito pero lo que lo hacía feo, era pensar en cuantas historias había pasado por cada cama, cuántas mujeres y hombres destrozando habían estado allí hacía unas pocas horas.
Se obligó a no ser tan remilgada y siguió al hombre que entraba a una amplia habitación.
- Ponte cómoda ya vuelvo- dijo serio.
Y con aquello la dejó en la habitación, Emilia reconoció las palabras "ponte cómoda", una manera muy decente de decirle desnúdate y túmbate.
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Como Yo Nadie Te Ha Amado
Fanfiction(𝗔𝗗𝗔𝗣𝗧𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 𝗖𝗟𝗔𝗨𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔) La mágica historia de Emilia, una prostituta bien pagada y Claudio, el orgulloso y millonario empresario. ¿Logrará este amor sobrevivir a las habladurías, a la diferencias de clase y por supuesto... a ellos...