Capítulo 48

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*Este capítulo contiene escenas 🔞

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- ¿Qué pasa?- preguntó nervioso- ¿por qué paraste?

Emilia le besó los labios- te dije que sería especial- lo empujó nuevamente en la cama y se sentó sobre sus caderas mientras deslizaba las medias y rozaba el cuerpo de Claudio con ellas.

Se inclinó a besarlo mientras le hacía estirar las manos y lo ató suavemente a los barrotes de la cabecera- me a taste.

- Confía en mí Claudio, no te pasará nada- Emilia le sonrió y Claudio supo que no podría negarle aquel placer, ella se levantó no sin antes depositar un beso en su vientre.

Cuando volvió traía una bandeja con uvas y crema batida- te daré de comer

- Emilia no tengo hambre- suspiró- no de comida.

Emilia lo miró perspicaz y luego sacó una uva- ésta uva te agradará mucho.

Claudio negó pero su expresión cambió cuando ella deslizó la uva por todo su vientre y luego la llevó a su entrepierna mojándose con sus jugos- vaya, esto es lo más delicioso que he podido ver.

- ¿La quieres?

- Sí- Emilia la llevó a sus labios y él pudo sentir el sabor almizclado de Emilia cubriendo la uva, la masticó y ella lo miraba mientras le acariciaba el pecho y las caderas.

Emilia lo siguió torturando, llevando uvas a sus labios y deslizando crema batida por todo su pecho, cuando supo que había sido demasiado alejado la bandeja y se sentó sobre su miembro empalandose ella misma- mmm.

Claudio cerró los ojos y se esforzó por no correrse allí mismo pero parece ser que ese era el propósito de Emilia, porque no dejaba de moverse y tocarlo, ella se movía como una diosa, y su pene ansioso se dejaba llevar por las olas de placer que ella provocaba, pronto no pudo contenerse más y dejó que el orgasmo estallara y su semen se esparciera en el interior de Emilia- oh dios, olvidamos el preservativo.

- No importa- se recostó sobre él besándole el cuello- quiero tener tus hijos Claudio.

- Dijiste que no querías traer niños al mundo.

- Bueno, tú me haces cambiar de opinión- le besó los labios- nada me haría más feliz que llevar en mi vientre un hijo tuyo Claudio.

Claudio no supo si podía amarla más, tiró de sus manos pero como no ocurrió nada Emilia sonrió y le retiró las medias dejándolas caer al suelo, automáticamente Claudio la hizo girar y la dejó atrapada entre el colchón y él- me has dado muchas alegrías Emilia- suspiró- iluminas mis días y mi vida no es gris contigo a mi lado.

- Lo hago porque te amo Claudio- dijo con una sonrisa- te amaré por siempre y para siempre.

Claudio le besó el cuello, le abrió los muslos para que pudiera sentir su pene erecto de nuevo, Emilia sonrió y se aferró a él como una lapa sintiendo las manos de Claudio hacer maravillas en sus senos las cuales fueron sustituidas rápidamente por sus labios tersos y ansioso que engulleron sus pezones elevandola a alturas inesperadas- déjate llevar amor mío, dame el placer de verte correr para mí- encajó su cabeza entre sus piernas y empezó a lamer y mordisquear mientras Emilia intempestivamente empujaba las caderas a su rostro haciéndolo urgir a sus deseos.

Le succionó el clítoris y hundió su lengua varias veces en su estrecho canal haciéndola gemir, de repente ella se tensó y explotó en un orgasmo largo e intenso.

Claudio no esperó a que ella terminará, levantándose rápidamente encajó su miembro y ella se tensó aún más mientras un orgasmo terminaba y el otro apenas empezaba a explotar.

Claudio sonrió con satisfacción y empezó a bombear dentro de ella elevándose cada vez más alto y haciéndola caer más bajo en aquel hoyo de irrefrenable placer, Emilia se aferró a las sábanas mientras sentía su cuerpo desbaratarse bajo una lluvia de colores, sus piernas estaban tan tensas que sentía cada músculo del cuerpo como una piedra, duros y pesados.

Claudio seguía entrando y saliendo de ella sin piedad mientras sus cuerpo luchaba por mantenerse en aquel especie de limbo al que Claudio la habia arrojado.

Claudio apretó los dientes y se dejó llevar más fuerte y más rápido, las manos de Emilia se tensaron de nuevo y él se inclinó a besarla mientras ella estallaba una tercera vez en gritos y jadeos descontrolados, finalmente él la acompañó en su orgasmo soltandose nuevamente dentro de ella mientras la abrazaba con tanta fuerza, sosteniendola y susurrando dulces palabras- oh dios Claudio, creo que no podré caminar en muchas horas.

Claudio sonrió- ven aquí Florecita.

La hizo rodar hasta que quedaron uno junto al otro, Emilia sentía su cuerpo débil y cansado pero cuando Claudio la llevó entre sus brazos hasta la ducha y la sentó sobre él dentro de la bañera su cuerpo respondió al instante- no sé qué me haces pero estoy loca por ti Claudio.

Claudio sonrió- y yo estoy loco por ti- le acarició las mejillas- te quiero mucho Emilia.

- ¿Cuándo empezarás a amarme?- Emilia se castigó tan pronto terminó aquella frase, no debería ser tan imprudente, intentó salir de la bañera pero Claudio la atrajo a sus brazos mientras le acariciaba el cabello y la miraba intensamente.

- Amo cómo te ves cada día, amo cada segundo que paso contigo, amo cuando me miras y cuando me tocas Emilia- la miró fijamente- amo cómo me sonríes y me besas.

Emilia forzó una sonrisa, él amaba de ella muchas cosas pero, ¿amaba lo que había adentro? ¿La amaba por ser Emilia?

Ella no quería que Claudio amara sus sonrisas o sus besos, ella quería que amara a Emilia, la mujer que le había entregado el corazón, quería un te amo no un "amo tus labios".

Sólo un te amo, ¿era aquello tan dificil? Pero Emilia concluyó que debía haber amor dentro de Claudio, un hombre enamorado no la miraría con tal intensidad, no la acaricia de aquella manera tan tierna, no la besaría como si la vida se le fuese en ello, tendría que esperar, sabía que había amor allí solo era cuestión de tiempo y paciencia, mientras tanto ella le demostraría cómo era amar sin límites ni condiciones.

Y de nuevo el miedo 🤷🏽‍♀️ Nunca le dirá te amo, fin.

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora