Capítulo 34

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Después de una rápida despedida entre Claudio y Emilia, éste se fue a su trabajo mientras ella terminaba de arreglarse para irse a una tarde muy larga

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Después de una rápida despedida entre Claudio y Emilia, éste se fue a su trabajo mientras ella terminaba de arreglarse para irse a una tarde muy larga.

- Y eso, ¿para dónde tan apresurada?

Emilia ató sus tenis- es que voy a irme de compras y tal vez no sé, me arregle el cabello.

- Qué bueno aunque no lo necesites no es malo querer acicalarse de una vez en cuando.

- Ya estoy lista- dio una vuelta- mírame bien porque si todo sale como espero no volverás a ver esta faceta.

Julia se acercó a ella y le acarició un abrazo- me agrada que quieras cambiar pero no lo hagas del cielo a la tierra- sacó una sonrisa- conserva esa luz que nos ilumina y sigue siendo esa chispita.

- No te preocupes, mi cambio solo será físico y sé que te va a gustar- sonó el timbre- ya está, llegaron por mí.

Julia le dio la bendición- bueno mi niña, se me cuida mucho, Dios la acompañe y trate de no demorarse.

- No te preocupes Julia estaré bien.

Emilia salió corriendo y se encontró con una limusina blanca, de ella salió un tipo vestido totalmente de blanco y le abrió puerta- señorita- le tendió una mano.

- Gracias- sonrió y subió al coche.

- Hola Emilia.

- Señora Alma, ¿cómo está?

- Bien, veo que me hiciste caso con lo de ponerte cómoda, está muy bien ¿lista para nuestra tarde?

Emilia asintió- completamente.

- Bien, primero iremos a algunos almacenes y luego iremos a la peluquería ¿te parece bien?

Emilia asintió de nuevo- confío en usted señora Alma.

- Primera regla, llámame Alma, nada de señora ni doña ni nada de eso, me hace sentir viejo.

- Pero sería una falta de respeto.

Alma negó- no te preocupes, falta al respeto entonces.

Emilia sonrió- definitivamente usted y la señora Hilda no parecen mujeres "fifis".

- ¿Fifis?- preguntó confundida- bien, si vamos pasar tiempo juntas me gustaría que tradujeras lo que acabas de decir.

Emilia sonrió- perdón, fifis quiere decir como muy disparadas.

- Ya veo, ¿qué tal te recibió la familia de Claudio?

Emilia suspiró- yo creo que si hubiera sido por la muchacha pequeña y la mamá me hubieran mandado a la china sin importar el costo.

- Ya me lo imaginaba, Rosario es una mujer de apariencias, pero sé que adentro tiene un corazón de un ángel.

- Sí, pero muy adentro.

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora