(𝗔𝗗𝗔𝗣𝗧𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 𝗖𝗟𝗔𝗨𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔)
La mágica historia de Emilia, una prostituta bien pagada y Claudio, el orgulloso y millonario empresario.
¿Logrará este amor sobrevivir a las habladurías, a la diferencias de clase y por supuesto... a ellos...
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Después de una rápida despedida entre Claudio y Emilia, éste se fue a su trabajo mientras ella terminaba de arreglarse para irse a una tarde muy larga.
- Y eso, ¿para dónde tan apresurada?
Emilia ató sus tenis- es que voy a irme de compras y tal vez no sé, me arregle el cabello.
- Qué bueno aunque no lo necesites no es malo querer acicalarse de una vez en cuando.
- Ya estoy lista- dio una vuelta- mírame bien porque si todo sale como espero no volverás a ver esta faceta.
Julia se acercó a ella y le acarició un abrazo- me agrada que quieras cambiar pero no lo hagas del cielo a la tierra- sacó una sonrisa- conserva esa luz que nos ilumina y sigue siendo esa chispita.
- No te preocupes, mi cambio solo será físico y sé que te va a gustar- sonó el timbre- ya está, llegaron por mí.
Julia le dio la bendición- bueno mi niña, se me cuida mucho, Dios la acompañe y trate de no demorarse.
- No te preocupes Julia estaré bien.
Emilia salió corriendo y se encontró con una limusina blanca, de ella salió un tipo vestido totalmente de blanco y le abrió puerta- señorita- le tendió una mano.
- Gracias- sonrió y subió al coche.
- Hola Emilia.
- Señora Alma, ¿cómo está?
- Bien, veo que me hiciste caso con lo de ponerte cómoda, está muy bien ¿lista para nuestra tarde?
Emilia asintió- completamente.
- Bien, primero iremos a algunos almacenes y luego iremos a la peluquería ¿te parece bien?
Emilia asintió de nuevo- confío en usted señora Alma.
- Primera regla, llámame Alma, nada de señora ni doña ni nada de eso, me hace sentir viejo.
- Pero sería una falta de respeto.
Alma negó- no te preocupes, falta al respeto entonces.
Emilia sonrió- definitivamente usted y la señora Hilda no parecen mujeres "fifis".
- ¿Fifis?- preguntó confundida- bien, si vamos pasar tiempo juntas me gustaría que tradujeras lo que acabas de decir.
Emilia sonrió- perdón, fifis quiere decir como muy disparadas.
- Ya veo, ¿qué tal te recibió la familia de Claudio?
Emilia suspiró- yo creo que si hubiera sido por la muchacha pequeña y la mamá me hubieran mandado a la china sin importar el costo.
- Ya me lo imaginaba, Rosario es una mujer de apariencias, pero sé que adentro tiene un corazón de un ángel.