Capítulo 30

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Correr por la selva no servía de nada, el salvaje "Tarzán" seguía de cerca sus pasos, jadeando, de repente la tomó de un brazo y la acercó a él apretando su duro cuerpo contra el de ella

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Correr por la selva no servía de nada, el salvaje "Tarzán" seguía de cerca sus pasos, jadeando, de repente la tomó de un brazo y la acercó a él apretando su duro cuerpo contra el de ella.

Emilia jadeó y se rindió ante él, olía a flores silvestres y a madera recién cortada, pero todo giro cuando una de sus fuertes manos ahueco la humedad creciente en su entrepierna, dio un respingo y sintió... ¡Lo sintió!, esto no era un sueño era real.

Abrió los ojos rápidamente y se encontró con que Claudio estaba entre sus piernas besando el bajo vientre mientras le acariciaba su sexo, jadeó involuntariamente y él la observó- hola.

Emilia pasó saliva- hola.

- ¿Cómo dormiste?- preguntó sonriente.

- Bien- él sonrió perezoso sin dejar de atormentarla con sus caricias, Emilia pudo ver sus ojos brillar con el sol que apenas se divisaba en la ventana- ¿qué horas son?

- Las 6 en punto.

- Oh- suspiró- ¿por qué estás despierto tan temprano?

- Siempre me levanto a esta hora- la miró- pero hoy no tengo que trabajar- Emilia lo miró- no Emilia- depositó un beso en su ombligo- así que pensé que podríamos no sé, ir al club.

Emilia negó- no quiero, porque no quiero que alguien me reconozca.

De repente sintió la ausencia del tacto de Claudio, él estaba sentado en la orilla de la cama mirando al vacío- tienes razón.

- Claudio yo.

- Sh- le mandó callar- no digas nada.

- Pero.

Claudio se giró violento- te dije que no dijeras nada.

Emilia asintió y se arrodilló sin preocuparse por la sábana que resbalaba, su cabello tapaba sus pechos mientras ella alargaba una mano para tocar a Claudio- lo siento.

- ¿Qué sientes?- preguntó sin mirarla.

- Lo que pasó- tragó saliva- entiendo, si todo fue por un arrebato o porque no sabías lo que hacías o.

- Sabía muy bien lo que hacía- le acarició la mano- estaba consciente de ello Emilia- la miró- ¿qué tiene de malo que quiera compartir un rato tu cama?

"Compartir un rato tu cama", las palabras destrozaron la alegría que llevaba dentro, sólo había sido un revolcón cualquiera con una cualquiera, Claudio sonrió y ella no pudo hacer más que apretar las manos contra la sábana para no levantarse contra él.

Dos horas más tarde, en el desayuno- iremos al médico.

- ¿Estás enfermo?- preguntó preocupada.

Claudio negó- pero quiero que te revisen.

- Yo estoy bien.

Claudio frunció el ceño- no eres médico, ¿cómo lo sabes?

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora