Capítulo 25

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Emilia se quedó en silencio tragando las palabras, Julia tenía razón, ellos la habían abandonado, incluso habían sido fríos cuando Emilia les pidió que la llevaran con ellos con tal de no vender más su cuerpo

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Emilia se quedó en silencio tragando las palabras, Julia tenía razón, ellos la habían abandonado, incluso habían sido fríos cuando Emilia les pidió que la llevaran con ellos con tal de no vender más su cuerpo. Sí, sus padres eran unos malos muy malos padres.

- Si ya termino de lamentarse vaya a cambiarse- dijo Julia sacándola de sus pensamientos- no creo que a Claudio le guste que cuando llegue el tutor usted lleve esa ropa.

Emilia asintió- él me lo dijo pero no tengo ropa diferente, así que tendrá que aguantarse.

Más tarde Emilia estaba sentada en el suelo del balcón, dejando que el frío viento la acariciase, era un lugar hermoso, si ella fuese una princesa ese sería su castillo, solo faltaba el apuesto príncipe entrando por la entrada sobre su brillante corcel, tenía que dejar aquellas ridículas fantasías y poner de nuevo la mente en el contrato, lo tenía entre las manos, Claudio se lo había entregado antes de irse a la oficina.

Las exigencias de cierta manera eran bastante buenas, parecía ser que la intención de aquel contrato era convertirla en una dama, tenía que dejar de contestar, maldecir, esto último estaba escrito en esfero en el último pedazo, no pudo evitar la sonrisa recordando porqué Claudio había decidido agregar aquello.

También decía que vería al profesor una vez por semana, también decía que no podía volver a las calles y que si por dinero se trataba, ella recibiría una especie de sueldo por la ayuda que le proporcionará a Julia cuidando de la casa.

Le gustó, sí, no podía negarlo, le gustaba el contrato, tal vez si él se lo hubiese dejado leer, ella lo habría firmado tranquilamente, y a voluntad.

El toque de la puerta llamó su atención y fue a abrir- señora Hilda.

- Llámame Hilda cariño- dijo sonriente- eso de señora me hace sentir vieja.

Emilia negó- usted se ve joven y vigorosa.

- Tú si sabes como hacer a una vieja feliz- sonrió- ¿puedo pasar?

- Claro- dijo haciéndose a un lado- disculpe mi falta de cortesía, siga.

Hilda miró la habitación- mi nieto te dio una habitación muy bonita.

Emilia asintió- y es muy cómoda.

- Quise pasar a ver como estabas.

- Oh muy bien, estaba en el balcón esperando a que llegue el profesor- dijo algo cansada.

- Ah sí, Claudio me comentó algo, debes estar ansiosa por terminar tus estudios- dijo mirándola.

Emilia asintió- sí- dijo con desgana.

- ¿Qué pasa Emilia?

Emilia suspiró- tengo miedo de que no pueda, y si no pues no puedo perder un valioso tiempo que podría utilizar buscando a mis papas- dijo seria.

- ¿Tienes idea de dónde estén?- preguntó curiosa.

- No, mis padres me dejaron al cuidado de mi tía y desde que murió pues no se nada de ellos- dijo preocupada- necesito encontrarlos y- tragó saliva- y tener una familia.

Hilda le acarició una mejilla- eres una chica muy valiente Emilia, y sé que encontrarás a tus padres pero mientras tanto aprovecha esta oportunidad- dijo sonriente- aquí estás bien, tienes techo, comida y educación.

Emilia sonrió- lo sé, pero no quiero ser la mantenida de Claudio.

- No, no vas a ser la mantenida, aprovecha esta oportunidad Emilia, demuestrale a muchos de lo que eres capaz- cogió sus manos- Kevin tiene muchas esperanzas en ti, yo también las tengo, no nos defraudes- dijo sonriente- yo creo en ti Emilia, Claudio cree en ti, lo sé porque él es un hombre muy cerrado en sí mismo pero es tan transparente como cualquier otro ser.

Aquella palabras fueron bálsamo para su incertidumbre, era cierto, si algún día quería convertirse en una mujer nueva y refinada tenía que tomar lo que Claudio le ofrecía, lo mejor era tragarse su orgullo y hacer una tregua con él.

Era hora de convertirse en lo que siempre había deseado, en una mujer normal, con una vida normal, Emilia sonrió- lo haré, pondré todo de mi parte.

- Así se habla Emilia- dijo feliz- no sé, pero tu cara se me hace tan parecida- la miró- no sé a quién pero es una sensación extraña.

- ¿Neta?- preguntó curiosa.

Hilda asintió- de lo que sí estoy segura es que eres valiente y tienes tanto coraje como Alma.

Emilia la miró- ¿quién es ella?

- Es una mujer hermosa, la conocÍ porque ella era la hija de una de mis amigas- suspiró- vive a unas casa cerca de aquí, tal vez algún día pueda presentarla.

- Me encantaría conocerla- dijo sonriente.

- Tal vez arregle una tarde- se levantó y le dio un golpecito con el bastón- suerte con todos tus proyectos Emilia, se que lo vas a lograr, lo sé.

Emilia sonrió nuevamente mientras Hilda se iba,desde ese momento daría lo que fuese por borrar aquel duro pasado, no se iba a dejar pisotear más, no más venderse por unas cuantas migajas, sería la Emilia que siempre había añorado ser.

Iba a portarse tal cual como se sentía, feliz y con ganas de empezar de nuevo, incluyendo una nueva y mejorando la relación con Claudio. Si iban a ser compañeros de casa por lo menos tendrían que llevarse bien, iban a ser amigos, ella se encargaría de darle una buena impresión.

Parece ser que Hilda ayudó mucho a Emilia, ahora tratará de llevarse bien con Claudio, ¿lo conseguirá? ¡Voten mucho y comenten mucho y subo más capítulos!

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora