(𝗔𝗗𝗔𝗣𝗧𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 𝗖𝗟𝗔𝗨𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔)
La mágica historia de Emilia, una prostituta bien pagada y Claudio, el orgulloso y millonario empresario.
¿Logrará este amor sobrevivir a las habladurías, a la diferencias de clase y por supuesto... a ellos...
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*Este capítulo contiene escenas 🔞. Leer bajo su responsabilidad.*
Se giró y empezó a alejarse, Emilia sintió la ira recorrer su cuerpo y antes de que se diera cuenta ya estaba gritando a todo pulmón- también eres mi esposo y debes comportarte como tal.
De repente el cuerpo de Claudio se quedó quieto y unos segundos después se giró y caminaba hacia ella, llegó en sólo dos zancadas hasta donde estaba ella y acercó su nariz a la de ella sin quitarle los ojos de encima- no te puedes comportar como una placera Emilia, eres mi esposa- le tomó los brazos con fuerza- mía, de mi propiedad.
- No soy un objeto Claudio.
- Seas lo que seas Emilia, eres mía.
- Y tú eres mío- agregó Emilia con las manos apretando también la chaqueta del traje.
Claudio pudo ver pasión en aquellos ojos, también había determinación y amor, le aflojó los brazos- lamento comportarme como un animal, es sólo que ésto de mi mamá me puso un poco tenso.
Emilia le acarició la mejilla- va a estar bien.
- Ya está bien- sonrió- despertó hace un momento, tiene un brazo roto y una pierna también, tendrá que usar un cuello ortopédico pero de resto, está bien.
- Me alegro que esté bien- dijo sincera.
Claudio la abrazó- cuando vi que ya no había peligro y no te vi cerca me sentí muy solo, te busque por todas partes hasta que llegué aquí- la abrazó más fuerte- me sentí muy solo.
Que paradoja era aquella, Emilia quiso decirle que ella se había sentido sola incluso teniéndolo cerca pero su abrazo era tan reconfortante que la hacía estremecer de amor, le devolvió el abrazo y levantó sus labios para besarle el cuello- te amo Claudio.
- Te ves hermosa con ese vestido- y allí iba de nuevo, Claudio había convertido el evadir sus palabras en una especie de arte- vamos a casa Emi, te necesito.
- Yo también te necesito.
Se besaron ansiosamente y Claudio la apretó contra su cuerpo haciéndola saber cuánto la necesitaba, Emilia gimió contra sus labios y se frotó contra él, Claudio río- estamos en un lugar público preciosa y lo que más deseo es llevarte a nuestra cama y hacerte el amor hasta que no puedas ni levantarte.
Emilia río ante la ocurrencia de Claudio y luego lo abrazó mientras salían de la cafetería y también del hospital.
Cuando llegaron a la casa Claudio la levantó en sus brazos y ante la risa estupefacta de Emilia la subió escaleras arriba hasta la habitacion de él, abrió la puerta y entraron mientras la cerraba con un pie, atravesaron la alfombra y Claudio la depositó en la cama sin dejar de besarla y acariciarla buscando la cremallera del vestido- diablos- se puso de un saltó con las manos en jarras- ¿dónde está la cremallera?
Emilia rió y levantó un brazo mostrándole la cremallera a un costado pero cuando él se acercó de nuevo ella se lo impidió levantándose- no.
- ¿Qué pasa?
Emilia se encogió de hombros- quiero hacerlo especial- caminó hacia un extremo y sacó una grabadora haciendo sonar una decadente melodía, empujó a Claudio al colchón y con pasos sensuales empezó a bajar la cremallera del vestido al son de la música- quería sorprenderte esta noche.
- Bueno, me gustaría que quisieras sorprenderme todas las noches- sonrió.
Emilia rió- contigo no hay tregua.
Claudio deslizó la cremallera completamente y dejó que el vestido se deslizara por sus pechos y su cintura, sacó los pies y arrojó el vestido a una esquina.Claudio contuvo el aliento al ver la pecaminosa lencería.
Tenía los muslos cubiertos por unas medias hasta el muslo, las braguitas eran en encaje al igual que el brasier, todo de un precioso color marfil.
Ella se acercó a él y Claudio le besó el vientre mientras le acariciaba los muslos. Emilia le agarró el cabello mientras suspiraba por aquel contacto tan tierno e íntimo.
Con el esfuerzo más grande del mundo se alejó de él y Claudio gruño de impaciencia, Emilia le sonrió y cuando la música empezaba a incorporar nuevos instrumentos y se volvía más rápido ella se sentó sobre el escritorio y se deshizo de los zapatos y volvió al frente de la cama donde Claudio no dejaba de mirarla- vamos Emilia, no seas cruel.
Emilia se rió de la desesperación de Claudio y se desabrocho el brasier liberando sus pechos llenos y erguidos, seguido de las bragas.
- ¿Y las medias?
Emilia sacó una sonrisa amplia- tengo algo preparado para ellas en un rato.
- No me imagino qué, pero desearía saberlo.
Emilia se inclinó y le besó los labios mientras lo empujaba a acostarse sobre el colchón.
Claudio le acarició el cabello mientras ella dejaba repetidos besos por su rostro, en los párpados, en la nariz, frente, mejillas y barbilla.
Nunca nadie había sido tan tierno con él y ella era tan dulce y hermosa que a cada momento la necesitaba aún más.
Emilia suspiró cuando Claudio empezó a acariciarle la espalda y las caderas mientras ella se deshacía de los botones de su camisa y lo despojó de ella, siguió con su camino de besos hasta que llegó al ombligo y lo rodeo con la lengua dejando un sendero húmedo, subió nuevamente a sus labios y levantó un poco el torso de forma que las puntas erguidas de sus pezones rozaban el pecho desnudo de Claudio.
Éste gimió y se retorció atrayéndola y besándola de forma brutal, dejándola sin aliento.
Emilia retrocedió con la respiración entrecortada y los ojos brillantes de una palpable lujuria y decidió no dar más largas, le desabrochó el pantalón y le ayudó a quitárselo junto a las medias y los zapatos.
Emilia jadeó ansiosa ante la protuberancia debajo de los calzoncillos de Claudio, sabía muy bien que habría allí, de igual manera se sentía ansiosa y deseosa de tenerlo entre sus manos, así que se bajó a horcajadas sobre él y lo liberó del pantaloncillo arrojándolo tras de sí, Claudio rió y le acarició los muslos sentó mientras ella tomaba su miembro entre sus manos y empezaba a masajear- oh dios Emi, dios.
Emilia soltó un pequeño gemido- ¿te gusta?
Claudio cerró los ojos y enterró sus dedos en los muslos de ella mientras sentía el orgasmo venir, fue entonces cuando Emilia lo soltó y Claudio se levantó un poco descompuesto.
Nunca le dirá que la ama 🙄🤷🏽♀️ ¿Qué pasará cuándo Rosario sepa que sí se casaron?