Capítulo 26

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No podía ser mejor, su profesor Enrique era un hombre espectacular, era ya mayor pero igual era bastante atractivo, la había tratado como a una igual, le había hablado sobre historia y literatura

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No podía ser mejor, su profesor Enrique era un hombre espectacular, era ya mayor pero igual era bastante atractivo, la había tratado como a una igual, le había hablado sobre historia y literatura.

Las 3 horas que habían pasado hablando de ellos prácticamente la llevaron a otro lugar, finalmente se había despedido con un apretón de manos y con la promesa de verse la próxima semana.

Aún así Emilia no pudo evitar la mirada de Julia cuando el profesor se iba, sus ojos estaban teñidos por un brillo especial, Emilia se acercó a Julia- ¿le gusta verdad?

Julia dio un respingo- ¿de que habla niña?

- Tus ojos brillan, yo no sé mucho del amor pero he visto a mucha gente enamorada y a usted le gusta el profesor Enrique.

Julia negó- claro que no, por Dios- y se fue a la cocina.

Emilia se  fue tras ella- bueno, pensé.

- Yo ya soy vieja- interrumpió Julia- no estoy para ello.

Emilia se sentó en el mesoncito- nunca es tarde para el amor, lo dicen en las películas, además harían una linda pareja y- suspiró- él también la miraba raro.

Julia se giró y la miró a los ojos- ¿de verdad?

Emilia asintió con la cabeza- él la mira, de la misma forma que usted lo mira a él, o como el señor Javier miraba a su esposa ayer- dijo sonriente- él la mira como la Bestia miraba a Bella en la película.

- ¿Qué película ?

- La Bella y la Bestia- repitió - ¿no la ha visto?, es mi preferida.

Julia negó- ¿quién actúa en ella?

- Es una película de muñequitos.

Julia se quedó mirando a Emilia y tuvo una extraña sensación de estar hablando con una niña- no sé, tal vez la consiga y la veamos juntas.

- ¿De verdad?- preguntó emocionada, Julia asintió- genial.

Julia miró a Emilia- usted me cae bien.

Emilia sonrió- gracias, usted también me cae bien.

- Lamento haber sido un poco cortante.

- No se preocupe es algo sin importancia- se bajó del mesón- ¿puedo llamar a Claudio?

- ¿Y eso?- preguntó curiosa.

- Bueno, es que quiero agradecerle lo que está haciendo por mí y también quería preguntarle si podía aceptarme hoy una cena.

Julia arqueó una ceja- ¿sabes cocinar?

Emilia negó- pero conozco una lugar que me encanta y me gustaría compartirlo con él.

Julia se encogió de hombros- bueno, pues llámalo, al lado del teléfono está el número al que puedes llamar.

Emilia asintió- gracias- y salió corriendo de nuevo y se estrelló contra la puerta, Julia sonrió mientras negaba con la cabeza.

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora