Capítulo 23

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- Ella es Julia, mi ama de llave

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- Ella es Julia, mi ama de llave.

Emilia tragó saliva- mucho gusto señora.

- Señorita, aún no soy señora- dijo Julia molesta.

- Disculpe señorita.

Claudio sonrió victorioso, con la moral de Julia seguramente Emilia se aburriria tan rápido que se volvería loca.

- Julia vive en la cabaña que está detrás de la casa- señaló el jardín- en el día es ella quién lleva el mando, si algo te incomoda querida Emilia, solo tienes que hacérselo saber a Julia, ella se encargará.

Emilia reprimió una carcajada, Claudio no podía haber sonado más cínico con eso de "si algo te incomoda querida Emilia", definitivamente al día siguiente tomaría sus maletas y se iría, la verdad no creía soportar aquello, Kevin entró con la maleta y el bolso de Emilia- listo ¿dónde las pongo Claudio?

- Julia, llévalo a la alcoba de invitados- dijo mirándola- después de que la dejes instalada te espero en el estudio Kevin.

Kevin asintió-vamos pequeña.

Emilia siguió a ambos y sin pensarlo se giró a mirarlo y allí estaba mirándola solo que en sus ojos no había hielo como hacía unos minutos, en cambio estaban tan oscuros que la fulminaba, Emilia conocía esa mirada, un paño de lujuria que cegaba hasta el más sensato. Claudio la deseaba y que Dios los ayudara porque ella también lo deseaba a él.

Kevin no podía estar más satisfecho, por lo menos en casa de su hermano Emilia no tendría que soportar los desplantes de Rosario y Tony, aunque la pobre estaba un poco asustada y quién no, él también lo estaría en aquella situación.

Cuando por fin la tranquilizó un poco y le prometió que la iba a visitar varias veces, ella cedió un poco y se había puesto a ver la tele mientras él se reunía con Claudio.

- Entonces- dijo Kevin entrando- ¿para qué me querías hermanito?

- ¿Cuánto tiempo?- preguntó directo.

- Como mucho una semana- suspiró- tengo un amigo y va a poner en venta un departamento, es pequeño y no es costoso, al menos para Emilia.

- Kevin confía en mí- palmeó su espalda- si tienes algo con ella dímelo.

Kevin rodó los ojos- ¿por qué insistes en eso hom-bre?- preguntó cansado- Emilia y yo somos amigos nada más, entiéndelo, mira quiero ayudarla de verdad, que consiga un trabajo, será difícil por su falta de estudio pero estoy seguro que de prostituta a empleada doméstica elegirá la segunda opción.

- Ella no aceptara trabajar como sirvienta- lo dijo más para sí mismo que para su hermano.

Kevin se encogió de hombros- bueno, si tuviera tu ayuda, estoy seguro que tendría más opciones.

Como Yo Nadie Te Ha AmadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora