El viento soplaba fuerte, los copos de nieve caían cada vez más y más. Varsovia en definitiva era cegadora.
Muchos turistas caminaban por las calles con abrigos inmensos a comparación mía, que solo llevaba un simple buso negro.
Andaban de la mano con sus familias charlando y riendo, otros simplemente se agachaban y hacían bolas de nieve para luego lanzarlas entre si - que estupidez - Seguí caminando en dirección al parque principal sin prestarles más atención.
Tal como lo imagine, Adler contesto mi mensaje correctamente.
-¿Dónde estas?
Cinco minutos después mi teléfono vibra en mi bolsillo con su respuesta.
-Ahren, estoy en problemas.
Reviso mi correo y un perfil anónimo me ha enviado una dirección.
Como sabía que lo más probable es que Frank tuviera modificados todos los teléfonos, lo mejor era tener una conversación interesante para usarla como distracción mientras que por otro lado acordábamos una hora de encuentro.
Sin que me importara mucho fui directo al parque, no me daba la gana de despistar a quienes me seguían por orden de Frank, después de todo solo era una mujer que quería caminar. Seguro que mi tío ya sabía que iría a encontrarme con Adler, pero lo único que ganaba siguiéndome era una perdida de tiempo, no dejaría que lo atrapara aun, debía conocer su versión y solucionar algo, o al menos tratar en menos de cuatro días para que las cosas no se jodieran tanto.
Frank al igual que Adler era impulsivo pero al menos se detenía a pensar un poco en cómo debía actuar, por lo general se iba con toda por las malas, si alguien le llevara la contraria no trataría de persuadirlo como me enseñó sino más bien a obligarlo. Su necesidad de resaltar era imprescindible en todo momento.
Llegué al parque al cual lo habitaban menos de seis personas por lo que me era más fácil encontrar al chico, o bueno, que él me encontrara a mi. Cada pisada dejaba una huella en la nieve que a los segundos desaparecía por los copos que caían, también había rastros de ruedas de bicicletas ¿Quién sale en bicicleta con este tiempo? Seguí mi camino hasta que divise a alguien fumando recostado en un árbol. Tenía un skea negro en la parte superior de su cadera y un cubre bocas del mismo color bajo su mandíbula.
Me acerque a él y con algo de duda pregunté.
-¿Joseph? -levantó la mirada del suelo y me observo de arriba a abajo con picardía.
-¿Eres Ahren? -asentí pasando mis manos por los brazos a pesar de la tela, mierda, sí que debí abrigarme bien. Tiró su cigarrillo y lo piso, se acercó a mi quedando a unos centímetros y al notar mis movimientos se quitó su sudadera y me la extendió.
Me le quede viendo sin saber si tomarla o afrontar mi descuido.
-Esta bien, tómala -dijo cortés acercándola más-. Ya estoy acostumbrado a la nieve.
Quise mencionar que yo también estaba más que familiarizada con ella pero al no tener buenos recuerdos la evadí por bastantes años lo que ahora me ponía en esta situación; si esto mismo hubiera ocurrido antes seguro sería yo quien prestara mi abrigo.
Sin hacerme de rogar la tome y me la puse, un olor familiar llegó a mi nariz, su perfume me traía una especie de deja-vu, la sensación de que ya conocía a este hombre me invadió pero yo no recordaba a nadie como él.
-Bien, vamos -emprendió camino dándome la espalda y no me queje, lo prefería así. Según Adler, era un buen amigo y podía confiar en él; lo cual no haría hasta conocerlo por mi misma pero era un buen indicio. Quería preguntarle a Adler si lo conocía de antes pues no encontraba respuesta lógica para mi desconcierto, eran contadas las veces en que me sucedía este tipo de cosas y siempre terminaba sucediendo algo.
ESTÁS LEYENDO
Catarsis © [Sin Corregir]
Mistério / SuspenseEl pánico fundía el lugar. El pánico carcomía a la gente. «¿Quién era el asesino?» y «¿Por qué cree que tiene derecho a juzgar y arrebatar vidas?». Eran preguntas que había escuchado estos meses por parte de personas que no sabían que yo estaba ahí...