Capítulo 17| Deducciones

30 5 41
                                    

−¿Cabe alguna posibilidad que una mujer pueda formar parte de los líderes?

Darya lo piensa un momento antes de darme una respuesta. 

−¿Qué crees tú?

−No estoy segura, por algo te lo pregunto. 

Se mete el lápiz a la boca, atrapándolo entre los dientes. 

−Si tenemos en cuenta que este pueblo se rige por doctrinas estrictas como en esa época de la Inquisición Española... No, probablemente no −dice con la vista fija en un punto sobre la mesa−. Pero si lo pensamos de otra forma, no tendría sentido que todas las chicas recibieran educación. Es una regla estudiar aquí. La vagancia es un pecado para ellos. 

−Vaya, mira, al fin algo bueno.

−Sí −acepta. 

−Ahora que lo recuerdo, el día que conocí a Samantha en la biblioteca, dijo algo sobre servirle al líder ya que pronto saldría al mundo real. 

Darya me mira con suspicacia. 

−¿Servirle al líder? 

−Sí −asiento. 

−Mhm −se retira un poco del escritorio y con los pies hace girar la silla en la que está sentada−. Servirle al líder... bueno, podría referirse a trabajar, todo lo que se haga en el pueblo es para el líder, porque él lo permite.

−Seguro que sí. Pero hay algo que no me cuadra... 

−¿El qué exactamente?

−Al principio pensamos que: en base a que muchos jóvenes fueron abusados como castigo, lo ideal sería reformarlos, independientemente de la manera en que fuera. Samantha, por ejemplo, tenía que pasar una cantidad de horas específicas estudiando en la biblioteca y ayudando a los demás. También hacía turnos en recepción, precisamente en la sección de registros. 

−¿A qué quieres llegar?

−A que eso, no sería suficiente. Lo primero que pensé es que los abusos se repetían y por eso su actitud cambia a una un poco alerta cuando ve a ciertas personas.  

−¿Y...?

−¿Y? −la miro sorprendida al tiempo que se detiene con lo de girar la silla−. Pensé que ya lo deducirías. 

−Ñe, quiero escucharte. 

−Estas actuando extraño −digo no muy convencida de continuar−. A lo que quiero llegar es que cuando todos esos chicos salgan de la preparatoria, de algo tendría que servir esos estudios adicionales, no solo para recordarles las normas.

−O la reforma no tendría sentido. 

−Exacto. 

−¿Lo que me estas queriendo decir es que ellos son reformados con el punto de que trabajen con los líderes?

Afirmo yendo a su lado e inspeccionando su rostro. 

−Sería interesante, por no decir absurdo. 

−Piénsalo, es una posibilidad −suelto.

Darya se cruza de brazos al notar como reduzco la distancia entre nosotras. Cuando estoy frente a ella enarca una ceja. 

−¿Qué? −espeta inclinándose hacia atrás para verme mejor. 

Al instante noto su ojo derecho algo rojizo. Acerco mi mano a su rostro y quito un mechón de pelo poniéndolo tras de su oreja. 

−¿Qué te pasó ahí? −pronuncio seria. 

−¿Dónde? −se hace la idiota. 

−No te hagas la imbécil ahora −señalo su ojo, y ahora también veo un moretón formándose en su pómulo con un color morado muy tenue−, ¿qué le pasa a tu cara?

Catarsis © [Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora