Capítulo 12| Razones

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El sonido de una gotera cayendo afloraba en mi cerebro. Y ya se estaba volviendo irritante. 

No olía bien, distinguía rastros de agua estancada y orina. También logré percibir el sonido del motor de algunos carros. Se escuchaban pocas veces por lo tanto debíamos de estar en alguna avenida. 

Quizás esa que conducía al pueblo. 

Pensándolo bien, no. No era lógico que en un secuestro nos mantuvieran cerca del lugar en el que acostumbrábamos a estar -al menos no lo era si había sido planeado con inteligencia- además... Algo no me cuadraba. 

Si el objetivo de este secuestro era yo, entonces podía descartar la idea de que querían algo por mi intercambio. No estaba vinculada con ningún familiar  y no había forma de que alguien lo supiera además de Darya. Fui muy cautelosa en ese tema. 

Por el contrario, la razón más certera para mi rapto sería -lógicamente- por odio. Eso o alguien descubrió lo que pensaba hacer en el pueblo e intentaba impedirlo.

Ahora, y, sopesando las opciones... Si el secuestro no iba dirigido a mí sino a Samuel Williams, la cosa cambiaba drásticamente. Si teníamos en cuenta que dos de los miembros de su familia eran o son policías, sobraban motivos por los cuales terceros quisieran vengarse además de pedir algo a cambio; seguramente dinero. 

Lo que me hacía cuestionarme, ¿Por qué no me fui caminando? 

Era muy probable que al verme con él no tuvieran otra opción que llevarme consigo. 

Las probabilidades eran de un 50/50%. Ambos teníamos todas las razones para ser retenidos. 

Justo ahora sentía mis sienes palpitar con fuerza. Lo que me impedía que fuera muy acertada con mis pensamientos.

Aprieto los párpados con fuerza. Tengo puesta una venda sobre los ojos y siento las muñecas apretujadas contra la madera de la silla en la que estoy atada.

Esto es demasiado incómodo.

No paso por alto que en ambas ocasiones -cuando me drogaron y en este momento- han tenido cuidado conmigo. Cuando esos hombres nos interceptaron solo uno de ellos fue por Samuel, los otros dos fueron a por mi, como si supieran que podía defenderme; o que al menos daría pelea. ¿Por qué? No me gustaba para nada lo que iba a insinuar, pero comúnmente las mujeres era un blanco fácil... Esas personas seguro debían de estar advertidas.

Además, hace un rato que escuchaba a Samuel gimotear y moverse más libre que yo. Distinguía como tiraba de sus manos y pataleaba. Seguro solo tenía las manos atadas...

—Darya — vuelve a llamarme.

Lo vuelvo a ignorar.

Llevo consciente al menos dos horas. Solo por precaución fingía no haber despertado, atenta a cualquier ruido que pudiera darme indicios de dónde estábamos y que es lo que querían.

—Joder, que sedante más fuerte — resopla.

Yo también estaba cansada de estar en esta posición y peor aún, sin poder hablar. Pero no iba a arriesgarme, si había una oportunidad para salir de aquí, la tomaría.

—Darya, Darya, Darya, Darya — repite con insistencia — ¡Despierta!

Por favor, que se callara, solo pido eso.

—Darya — intento como puedo omitir un gesto de irritación, pero se me empieza a hacer difícil la tarea — Que lugar más desagradable — suelta.

Espera, ¿qué? No se supone que él también debería tener los ojos vendados.

Eso solo reafirmaba mi teoría, eran mucho más cuidadosos conmigo. Seguro yo era el objetivo del secuestro y eso explica la atención que han tenido conmigo.

Catarsis © [Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora