—¿Y qué querías que hiciera? —digo con la voz apagada—. ¿Que llegara y te dijera que terminamos? ¿No fue claro luego de que mandaste a desaparecer a nuestro hijo?
—Sabes que no fue así —se defiende sin dejar de acercarse—. Todo se salió de mis manos, jamás quise que Mateo muriera.
—¿Ah no? ¿Entonces qué pretendías? ¿Qué querías que hicieran esos tipos?
Vladimir aprieta los labios sin dejar de mirarme una sola vez. Sus manos se mueven en el aire intentando gesticular.
—Ya te lo dije, te lo intenté explicar miles de veces y nunca me escuchaste.
—¿Nunca te escuche? —repongo irónica—. ¿Cómo puedes decirme eso?
Con toda la fuerza que pude reunir ese día atendí sus palabras, lo hice porque en verdad quería entender qué paso, por qué mi hijo había terminado muerto con una bala incrustada en el pecho y en la cabeza. Y todo para nada, su versión de los hechos me dolió y sobretodo me decepcionó.
Y fue por esa razón, porqué la persona en quien más confiaba resultó ser un mentiroso más, que decidí irme. Apartarme de su lado.
—Te lo repito, jamás quise que él saliera lastimado. Todo lo contrario.
—Y aun así terminó muerto.
—¿Quieres dejar de culparme de una puta vez?
—¿Quieres dejar de actuar como si no fuera tu culpa? Tú le ordenaste a dos tipos que irrumpieran en mi casa, que lo sacaran del país para llevarlo a un estúpido orfanato que no necesitaba porque yo: su madre estaba con él.
—Tu misma lo has dicho, Ahren, llevarlo a un orfanato. ¿Qué crees que habría pasado si crece en un entorno como ese? ¿Si crece de la forma en que nosotros lo hicimos? Solo quería algo mejor para él.
Intentaba manipularme, solo quiere hacerme creer que aunque siguiera con vida, que si seguía con nosotros lo único que le depararía a mi hijo sería una vida llena de mierda. Pero yo no iba a ceder y darle la razón porque no la tenía.
—Y por eso me aparte de ese mundo, Vladimir, por eso nos mudamos a Colorado lejos de esa gente. Pero tú te empeñaste en continuar trabajando con ellos, por ti es que seguíamos en contacto con todos ellos.
—"Ellos" Son mi familia por si se te había olvidado, no les iba a dar la espalda.
—¿Y a nosotros, sí? Mateo y yo también éramos tu familia.
Silencio.
—Les debo mi vida a toda esa gente que tanto odias —se excusa.
Claro, él formaba parte de esa familia y no lo podía cambiar. ¿Qué es lo pensaba antes? ¿Que por defenderme ya lo tenía conmigo? Pues no, él siempre iba a elegir la adrenalina y el poder que tenía al estar con los Gelman.
—Claro, claro... siempre los ponías sobre todo. Debí intuir que harías lo mismo con ambos.
Me arrebato con fuerza el rastro de lágrimas y lo apunto con el dedo sin atreverme a tocarlo.
—Que raro —señalo—, tu nunca te preocupaste por Mateo, nunca —recalco—. Y casualmente un día decides que no es buena idea que crezca conmigo y mandas a llevártelo lejos. ¿Por qué no lo admites de una vez por todas?
—¿De qué hablas? ¿Admitir qué?
—Que estabas celoso de tu propio hijo —suelto.
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Catarsis © [Sin Corregir]
Misterio / SuspensoEl pánico fundía el lugar. El pánico carcomía a la gente. «¿Quién era el asesino?» y «¿Por qué cree que tiene derecho a juzgar y arrebatar vidas?». Eran preguntas que había escuchado estos meses por parte de personas que no sabían que yo estaba ahí...