Capítulo 9| Juegos

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Al llegar a casa me encuentro de nuevo con un montón de cajas esparcidas por toda la planta de abajo, paso de ellas deliberadamente -aunque quizás ya debería poner un orden-, y subo a mi habitación para cambiarme de ropa. 

O al menos ese era mi plan para ir a dormir un poco, porque mi telefono no tarda en vibrar desde mi bolsillo con una llamada. Lo saco para ver de quién se trata y grande es mi sorpresa al ver el nombre de Samantha -ella misma guardó su número en mi teléfono-. Pensándolo un momento, no sé si sea buena idea contestar. 

Se supone que es limitado el número de jóvenes que tienen permiso para usar un teléfono, y si por alguna razón uno de sus padres revisaba su lista de contactos y notaban algo inusual, ella al igual que yo tendríamos problemas. 

Al final decido contestar, con inseguridad, pero lo hago. 

-¿Diga?

-¿Darya? -  la voz de la chica suena agitada. 

-Sí, soy yo. 

-Oh, que bien. Por un momento creí que había agendado mal tu número. 

-Ya ves que no. - respondo simple, no sé si hay alguien más escuchando nuestra conversación -teniendo en cuenta que me llamaría para reunirnos con sus amigos- así que prefiero ser discreta. 

Suelta una risita nerviosa y habla. 

-¿Qué haces? - curiosea - Espero no haberte despertado.

-No, está bien - me recuesto sobre mi cama, anhelando descansar solo un rato. Miro la hora antes de volver a llevar el teléfono a la oreja. Son casi las cuatro de la madrugada y esta chica se escucha de todo menos somnolienta - Estaba apunto de ir a dormir. 

-Entiendo, ¿qué estabas haciendo?

-Leía - respondo de inmediato - Aun sigo sin acostumbrarme al cambio de horario. 

-¿Qué leías?

-Eh, un ensayo - prefiero desviar su atención y devolverle la pregunta - ¿Qué haces despierta? es algo temprano. 

-No podía dormir; estos últimos días han sido... difíciles. 

-¿Difíciles? ¿estas bien? 

-Sí, ya estoy mejor. 

-¿Quieres hablar de ello?

-Sí, pero no aquí. - se hace el silencio del otro lado, y me parece percibir murmullos, estaba con alguien, en definitiva. - ¿Te parece si nos vemos como acordamos? 

-Claro, como acordamos ayer, ¿no? 

-Síp, hoy a las dos. Nos vemos en el parque. 

-¿No te preocupa que nos vean juntas? recuerda que empiezan a llegar turistas. 

-No nos quedaremos ahí por mucho tiempo, iremos a la casa de un amigo. 

 -¿Seguro que no hay problemas con que yo vaya? no quiero tener malentendidos con nadie. 

-No te preocupes por eso, mis amigos te caerán bien, estoy segura. Además están impacientes por conocerte. 

-Seguro. 

-Y... - no termina su frase. 

-¿Qué pasa, Samantha? 

-Bueno, yo... - y vuelve a callarse. Ese juego del silencio ya me estaba irritando - Escucha, ahora mismo estoy con dos de mis amigos y quieren saber algo de ti...

Catarsis © [Sin Corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora