Al llegar a casa me encuentro de nuevo con un montón de cajas esparcidas por toda la planta de abajo, paso de ellas deliberadamente -aunque quizás ya debería poner un orden-, y subo a mi habitación para cambiarme de ropa.
O al menos ese era mi plan para ir a dormir un poco, porque mi telefono no tarda en vibrar desde mi bolsillo con una llamada. Lo saco para ver de quién se trata y grande es mi sorpresa al ver el nombre de Samantha -ella misma guardó su número en mi teléfono-. Pensándolo un momento, no sé si sea buena idea contestar.
Se supone que es limitado el número de jóvenes que tienen permiso para usar un teléfono, y si por alguna razón uno de sus padres revisaba su lista de contactos y notaban algo inusual, ella al igual que yo tendríamos problemas.
Al final decido contestar, con inseguridad, pero lo hago.
-¿Diga?
-¿Darya? - la voz de la chica suena agitada.
-Sí, soy yo.
-Oh, que bien. Por un momento creí que había agendado mal tu número.
-Ya ves que no. - respondo simple, no sé si hay alguien más escuchando nuestra conversación -teniendo en cuenta que me llamaría para reunirnos con sus amigos- así que prefiero ser discreta.
Suelta una risita nerviosa y habla.
-¿Qué haces? - curiosea - Espero no haberte despertado.
-No, está bien - me recuesto sobre mi cama, anhelando descansar solo un rato. Miro la hora antes de volver a llevar el teléfono a la oreja. Son casi las cuatro de la madrugada y esta chica se escucha de todo menos somnolienta - Estaba apunto de ir a dormir.
-Entiendo, ¿qué estabas haciendo?
-Leía - respondo de inmediato - Aun sigo sin acostumbrarme al cambio de horario.
-¿Qué leías?
-Eh, un ensayo - prefiero desviar su atención y devolverle la pregunta - ¿Qué haces despierta? es algo temprano.
-No podía dormir; estos últimos días han sido... difíciles.
-¿Difíciles? ¿estas bien?
-Sí, ya estoy mejor.
-¿Quieres hablar de ello?
-Sí, pero no aquí. - se hace el silencio del otro lado, y me parece percibir murmullos, estaba con alguien, en definitiva. - ¿Te parece si nos vemos como acordamos?
-Claro, como acordamos ayer, ¿no?
-Síp, hoy a las dos. Nos vemos en el parque.
-¿No te preocupa que nos vean juntas? recuerda que empiezan a llegar turistas.
-No nos quedaremos ahí por mucho tiempo, iremos a la casa de un amigo.
-¿Seguro que no hay problemas con que yo vaya? no quiero tener malentendidos con nadie.
-No te preocupes por eso, mis amigos te caerán bien, estoy segura. Además están impacientes por conocerte.
-Seguro.
-Y... - no termina su frase.
-¿Qué pasa, Samantha?
-Bueno, yo... - y vuelve a callarse. Ese juego del silencio ya me estaba irritando - Escucha, ahora mismo estoy con dos de mis amigos y quieren saber algo de ti...
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Catarsis © [Sin Corregir]
Tajemnica / ThrillerEl pánico fundía el lugar. El pánico carcomía a la gente. «¿Quién era el asesino?» y «¿Por qué cree que tiene derecho a juzgar y arrebatar vidas?». Eran preguntas que había escuchado estos meses por parte de personas que no sabían que yo estaba ahí...