Ese día tendrían la primera clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Luego de esa noche, Brooke no soñó alguna de sus tantas pesadillas. Si durmió, pero se la paso pensando en lo que Harry le dijo.
Era verdad. Ella no era para nada igual a Lord Voldemort.
Como sea, ese día se despertó tarde, por lo que prácticamente tenía 2 minutos para bañarse, vestirse e ir al salón de Defensa Contra las Artes Oscuras.
Se bañó, se vistió y se puso su capa con la capucha tapando su rostro. Se colgó su mochila al hombro y salió como flash de su sala común; extrañamente, en ningún momento su capucha se levantó.
Con el corazón más acelerado de lo normal, a duras penas llegó al salón de Defensa Contra las Artes Oscuras. Se quitó la capucha y acomodó dos mechones de cabello detrás de las orejas. Se tranquilizó y abrió la puerta. Caminó con la cabeza en alto hasta el último puesto de la fila del medio, pero justo cuando se iba a sentar, el profesor la interrumpió.
—En mi clase, señorita Riddle, le recuerdo que tienen que pedir permiso si llegan tarde —pronunció el profesor, que extrañamente tenía un ojo que se movía por sí solo.
—Lo siento, profesor Moody —empezó Brooke, mientras se sentaba despreocupada—. Pero poco me importa lo que tenga que decirme —terminó mientras subía los pies en el escritorio. El profesor Moody, un poco confundido por el arrogante comportamiento de la chica, no le quedó de otra que continuar la clase.
—¿En que estábamos? Ah, si. Las maldiciones imperdonables. ¿Quién me puede decir otra? —varios en el salón de clase levantaron la mano.
—¿Enserio cree usted prudente —empezó Brooke mientras miraba desinteresada su pluma— enseñarle las maldiciones imperdonables a unas crías de apenas catorce años? Hay cláusulas del Ministerio de Magia que lo prohíben.
—Lo creo muy prudente, señorita Riddle —se produjo un silencio estremecedor; el profesor Moody clavando sus ojos casi en el alma de Brooke, mientras ella, desinteresada, volvía su mirada a su pluma—. Usted, señor Longbottom. La profesora Sprout me dijo que tienes aptitudes para la herbolaria.
El muchacho tomó una bocanada de aire, para poder hablar.
—Esta el maleficio cruciatus, también.
—Correcto, correcto —dijo el profesor Moody y se volvió sobre sus pasos para buscar una araña y pronunció el maleficio—. Muy doloroso, el maleficio torturador. ¡Crucio!
Era horrible. Se escuchaban los lloriqueos de la araña por toda la sala y el joven Longbottom luchaba por no ponerse a llorar ahí mismo. Varios en la sala se sentían incómodos por tal escena; querían que terminara pero ninguno se atrevía a decir palabra alguna. En la mirada de ojo loco se podía ver que no se arrepentía de lo que estaba haciendo; como si realmente lo quisiera hacer.
—¡Basta! ¿No ve que lo hace sufrir? —gritó la castaña Hermione Granger, por compasión a su amigo Neville.
—Calma —pronunció Brooke. Parecía que nada de eso la afectaba. Ni los lloriqueos de la araña, ni el sufrimiento en la cara de Neville—. Al parecer el profesor no está haciendo nada malo —dijo sarcásticamente.
—¿No es nada malo? ¡La está torturando! —le gritó casi desesperada.
—Cálmese, señorita Granger —dijo el profesor Moody, caminando hacia el puesto de Brooke, ya un poco cansado del arrogante comportamiento de la chica. Momento que Longbottom aprovechó para sentarse en su puesto—. ¿Tal vez la señorita Riddle nos podría decir cual es el último maleficio imperdonable? —terminó dejando a la araña en el puesto de la peli lavanda.
Ella bajó sus piernas de la mesa y se levantó. Ante la mirada también de todos en ese salón, posó las yemas de sus dedos en el escritorio y se inclinó y, mientras le mantenía la mirada al ex auror, pronunció.
—Avanda Kedavra —de repente, la araña que había estado en su escritorio, cayó muerta. Sonó el timbre que indicaba el recreo, pero nadie se atrevió a salir. No fue hasta que Brooke agarró sus cosas y salió por el umbral de la puerta, que todos se dieron cuenta de que lo pasó.
Brooke Riddle había pronunciado la peor de las maldiciones imperdonables. Y para acabar, lo había hecho sin varita y sin un destello de culpa.
=*=
En la tarde, el celador Argus Filch con el personal habían corrido las grandes mesas del comedor hacia los costados y ahora se veía más despejado para que los estudiantes pudieran poner sus nombres en el cáliz de fuego.
Cada vez que alguien lo hacía los demás sentados en los costados o algunos simplemente de pie le aplaudían.
Los gemelos Weasley estaban peleando en el suelo cuando Victor Krum entró con el director de Dumstrang, Igor Karkarov. El primero puso su nombre en el cáliz y algunos que habían cruzado palabras con él o simplemente compañeros de su colegio lo empezaron a vitorear y aplaudir. Algunos no lo notaron, pero Krum y Hermione Granger se estuvieron echando miraditas desde que el primero cruzó el colegio.
Por otro lado, cuando Hermione bajó la mirada a su libro vio un nombre.
El nombre que de repente le regresó la memoria. Darcy.
De un momento a otro, Brooke entró por las grandes puertas y se encaminó hacia el cáliz. Pero esta vez era diferente; como si no fuera ella misma. Como si la estuvieran controlando. Sus ojos eran diferentes, no tenían ese brillo que cualquier persona pueda tener, parecían apagados. Parecía un zombie.
Caminaba lentamente hacia el cáliz. Tenía la mirada perdida en un punto inexistente. Obviamente algunos pudieron darse cuenta de que algo andaba mal con ella.
—Brooke. ¿Estas bien? —le preguntó Dean Thomas acercándose a ella, pero esta le pasó por delante. De repente y para sorpresa de todos, cruzó la línea de edad. Brooke levantó la mano hacia el cáliz como para tocarlo, pero fijo su mirada en Harry y, para Brooke, fue como si su vista se hubiera aclarado.
"¿Estas consciente de lo que ibas a hacer?" Se dijo a sí misma.
Se alejó del cáliz asustada y salió del círculo de edad. Se sentía muy mal, tenía ganas de vomitar.
"¡Hazlo! ¡Te lo ordeno!" escuchaba en su mente.
"¡No lo voy a hacer!" se tomó de la cabeza para no volverse loca y gritar.
—¡Brooke! ¿Brooke estas bien? ¿Necesitas ayuda? —le preguntó Harry. Dean también estaba ahí y Brooke miró a los ojos del primero. Podía ver el miedo en la mirada de la chica. Eso y también se dio cuenta de que Brooke tenía las pupilas dilatadas.
—No, no. E-estoy bien —se soltó de su agarre y se tomó la cabeza para caminar hacia la puerta. Pero antes de poder cruzar, se desmayó. Suerte que Harry fue rápido, puesto que fue hacia ella y la tomó antes de que cayera.
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¹Brooke Riddle |Harry Potter
FanfictionB| ❝Brooke Riddle es una persona que tiene muchos secretos (...) Es una chica que ha pasado por mucho y aunque no lo parezca, a veces solo necesita alguien en quien apoyarse.❞ Harry Potter x oc female. Golden trio era. Heirs of Hogwarts saga. ➪︎Inic...