7.- ¿Torneo De Los Cuatro Magos?

1.3K 102 13
                                    

Esa noche elegirían a los participantes del Torneo De Los Tres Magos. Muchos esperaban que de Dumstrang eligieran a Víctor Krum, puesto que era uno de los mejores jugadores de Quidditch el que estaba ahí.

Ya las mesas estaban en su lugar y el cáliz de fuego frente a la gran mesa de los profesores irradiaba esa hipnotizante luz azul en sus llamas.

Al contrario de todos, Brooke estaba recostada en el umbral de la puerta excusándose de que ahí tenía mejor vista panorámica.

Dumbledore hizo callar a todos en el salón y con un movimiento de mano hizo que las antorchas y velas del gran comedor se apagaran. Todos prestaban excepcional atención al cáliz, deseando que salieran ya los representantes de cada colegio. El director tocó el cáliz y pasaron dos segundos antes de que las llamas pasaran de azul eléctrico a rojo. El cáliz expulsó un papel a la vez que las llamas volvían a ser azules. Dumbledore tomó el papel en el aire y pronunció fuerte y claro.

—¡El campeón de Dumstrang es Víctor Krum! —todos en el salón empezaron a vitorear y aplaudir al recién nombrado, mientras Brooke sólo veía todo desde el umbral. Por otro lado, Hermione Granger se inclinó hacia sus dos amigos.

—Les tengo que decir algo —susurró aprovechando que todos estaban aplaudiendo y no les escucharían.

—¿Qué pasa Hermione? —le preguntó Harry.

—Creo que ya descubrí a quién me recordaba Brooke —susurró pasando su mirada desde sus amigos, a la chica en el umbral de la puerta—. Vengan mañana a la biblioteca después del almuerzo —Harry y Ron estaban un poco aturdidos. ¿Por qué tanta obsesión con Brooke? El cáliz expulsó otro papel y, al igual que la vez pasada, lo tomó en el aire y pronunció;

—¡La campeona de Beuxbatons es Fleur Delacour! —la nombrada se paró de la mesa en la que estaba sentada y le estrechó la mano a Dumbledore, mientras pasaba a una sala apartada del gran comedor.

—¿A que te refieres Hermione? —le preguntó el pelirrojo.

—Solo háganlo. Mañana, después del desayuno —el cáliz arrojó un tercer y último papel. Todos estaban ansiosos por ver quien era el campeón de Hogwarts.

—¡El campeón de Hogwarts es Cedric Diggory! —todos empezaron a aplaudir—. ¡Excelente! Ya tenemos a los tres campeones. Pero al final, solo uno pasará a la historia; sólo uno levantará este cáliz de los campeones; ¡esta vasija de la victoria! ¡La Copa de los tres magos! —decía mientras el ministro quitaba el trapo que cubría la Copa para dejar relucir su brillo azul. De repente, las llamas del cáliz se empezaron a volar por doquier y disparaban en cualquier dirección. Hermione, pensando que era maldad de Brooke, puso atención en ella.

Pero Brooke, al percatarse de lo que pasaba con el cáliz, dejó su cómoda posición recostada en el umbral y se paró derecha. Estaba alerta para cualquier cosa. Bajó una de sus manos y a la altura de su pierna empezó a mover la muñeca y los dedos de forma extraña a la vez que pronunciaba cosas que prácticamente quedaban en el aire puesto que nadie la escuchaba. De un momento a otro el cáliz expulsó un cuarto papel y Brooke paró lo que estaba haciendo. Se notaba aliviada porque el cáliz había parado, pero a la vez confundida. ¿Por qué el cáliz habría de lanzar otro papel? Dumbledore lo tomó en el aire y para sorpresa de todos, pronunció.

—Harry Potter —susurró, pero luego lo dijo más alto. Casi como un grito—. ¡Harry Potter! —casi que cinco minutos después el nombrado se paró y por indicaciones de Dumbledore caminó con la despectiva mirada de todos hacia una sala apartada.

Una sala con un montón de artefactos inservibles, donde estaban los demás concursantes; Delacour, Diggory, Krum, y el mismo Harry.

—¡¿Qué pasó, Dumbledore?! ¡¿Dime que pasó?! —gritaba el director de Dumstrang. El recién nombrado, junto con la directora de Beuxbatons, McGonagall, Snape y el ministro de magia bajaban apresuradamente las escaleras.

—¡Harry! ¡Harry, tú pusiste tú nombre en el cáliz de fuego! —gritaba Dumbledore mientras lo zarandeaba.

—¡No, señor!

—¡¿Le pediste a alguien que lo hiciera?!

—¡No, señor!

—¡¿Estás absolutamente seguro?!

—¡Sí, señor!

—¡Estoy segura que miente! —acusó Madame Máxime.

—Eso es imposible. El cáliz... —empezó diciendo el Profesor Moody, pero alguien le cortó.

—El cáliz de fuego es un artefacto mágico muy poderoso, y sólo un potente hechizo para confundir podría engañarlo —recitaba Brooke mientras bajaba una escaleras y al final se situaba frente a Harry—. Algo que claramente, un chico de catorce años no podría lograr.

—Parece que la señorita aquí presente sabe mucho del tema —destacó hostilmente Igor Karkarov.

—¿Estás insinuando algo, Karkarov? —cuestionó frivolamente Brooke. Era impresionante como una chica de aparentemente catorce años podía hacer que la sangre se les helara con solo una frase.

—Esto no nos ayuda en nada —bramó el ministro—. Las reglas son absolutas. El cáliz de fuego tienen inapelablemente la decisión —dijo volteándose hacia todos—. El señor Potter no tiene salida. Es, apartir de hoy, otro concursante del Torneo.

=*=

—Esto no puede seguir. Primero la marca tenebrosa, la llegada de ella, y ahora esto —pensó en voz alta la profesora McGonagall. Ahora estaban en el despacho del director Dumbledore junto con Moody, Snape y extrañamente, también Brooke.

—¿Tú qué sugieres, Minerva?—pronunció Albus. Este estaba mirando vagamente el pensadero.

—Ponerle un fin a esto. Y no dejar que Potter compita —dijo un poco obvia.

—No se puede, profesora. Ya lo escuchó —replicó Brooke—. El Ministro lo dijo. El cáliz, lo decidió.

—¿Y cómo sabemos que no fuiste tú quien puso su nombre ahí? —McGonagall ya se estaba alterando.

—Sabes que puedo, pero no lo haría —se quejó un poco dolida—. ¿Por qué debería?

—Tiene razón Minerva. Al fin y al cabo, ella no estuvo del lado de Grindelwald —le respondió Dumbledore.

—Ni ahora del de Voldemort —destacó Brooke—. Vine este año porque me obligaron. Estoy muy agradecida con Dumbledore por ayudarme la vez pasada. Lo menos que quiero es crear problemas ahora.

—Retomando el tema anterior... —interrumpió Snape—. A mi también se me hace difícil pensar que todo eso sea pura coincidencia, sin embargo, si lo que se quiere es llegar al fondo de esto, propongo que dejemos que las cosas... sigan su rumbo.

—¿Y no hacer nada? ¿Ofrecerlo como carnada? Harry Potter es un muchacho, no un pedazo de carne —formuló McGonagall, en defensa de Harry.

—Pienso como Severus —admitió Dumbledore—. ¿Alastor, vigila a Harry, quieres? —pero antes de que Moody pudiera hablar, le interrumpieron.

—Yo lo haré. Yo cuidaré de Potter —anunció Brooke.

—Creo que es mejor que.... —empezó Albus.

—Lo siento, estaba preguntando —y con eso, Brooke salió del despacho del director.

¹Brooke Riddle  |Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora