22.-¿Quisieras...?

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—Y entonces explotó —finalizó Brooke, a lo que ella y Harry rieron. Era de noche y a ninguno de los dos les ganaba el sueño. Estaban sentados en la sala común comiendo unas pocas varitas de regaliz, ranas de chocolate y algunas grageas de todos los sabores con la chimenea encendida—. ¡Puaj! Sabe a queso podrido —se quejó pero a la vez rió.

—¿Tan mala eras en pociones? —preguntó Harry entre risas.

—Lily tenía mucha paciencia, pero con lo desastrosa que era yo en pociones, la lograba sacar de sus casillas —recordó la peli lavanda y no pudo evitar sentir un poco de nostalgia.

—¿Brooke? —la llamó. Harry no podía evitar perder la respiración al ver a Brooke. A veces no podía evitar quedarse viendo a las hermosas facciones de ella; su cabello, sus pecas, sus ojos, sus suaves manos, sus hermosas pestañas, sus ojos... ¿Ya había mencionado sus ojos?

—¿Uhh?

—¿Irás al baile? —le preguntó. Harry quería que Brooke fuera al baile. Es más, quería ir con ella. Le encantaba pasar tiempo con Brooke, ella era genial. Aunque al principio se resistía a ser su amiga, ahora cuando ella no estaba con Dean o él con Ron y Hermione en los tiempos libres, los dos no podían esperar a pasar tiempo con el otro. Se divertían juntos y en esos momentos sólo deseaban que el tiempo se detuviera. Pero tenía miedo. Harry tenía miedo de invitar a Brooke al baile porque si le preguntaba y decía que no, tal vez Brooke entendería una cosa diferente y eso podría hacer que no hablaran más.

—Nadie me ha invitado y no descarto la idea de quedarme en la sala común con Dean jugando ajedrez mágico —rio.

—¿De casualidad quisieras...?

—¡Por Merlín! Helga Hufflepuff, el último cromo que me faltaba —sonrió y Harry de repente sintió que el cuerpo se le derretía con sólo verla así—. Oh, lo siento. ¿Ibas a decir algo?

—No importa —murmuró y agachó la cabeza. En serio quería que Brooke fuera con él, pero no sabía como preguntárselo. Volvió a mirarla y esta vez estaba recogiendo dos cromos más que le habían salido y los puso a un lado, para después quitarle la envoltura a otra varita de regaliz y pasar un mechón de cabello detrás de su oreja. A Harry le encantaba cuando hacía eso.

—Harry —lo llamó y él puso atención (más de la que ya había puesto). Brooke se acercó un poco más a su cara y puso la varita de regaliz frente a su boca—. Es la última, toma un bocado —él ladeó su cabeza.

—Comela tú, te encanta la fresa.

—No sabe exactamente fresa —murmuró y se acomodó en el sillón, ahora de modo que los dos estaban un poco más cerca—, sabe como a cereza pero igual me gustan las dos —empezó a comérsela pero notó la mirada del azabache—. ¿Qué pasa?

—Nada —rio para liberar cualquier tensión mientras Brooke, medio conformándose con eso, volvía su mirada a la chimenea. No hacía falta tener que decir algo para que el ambiente no se volviera incómodo; podían estar totalmente en silencio sentados uno al lado del otro sin decir palabra y aún así no era incómodo. Antes de poder pensarlo, Harry se encontró a sí mismo tocando un mechón de cabello de Brooke y parecia que a ella no le molestaba—. ¿Siempre fue lavanda?

—Yo no... No lo recuerdo bien. Sé que al principio era castaño o castaño claro, no estoy segura, pero una de las veces que salí de la urna quise escabullirme a una peluquería de magos y desde ese momento el tinte no se ha quitado... ¿o fue una vez que hice una poción mal...? —respondió mientras se volvía para mirarlo y Harry no pudo evitar imaginarla con el cabello castaño claro. Seguiría siendo hermosa.

—¿Has salido mucho de ahí? —preguntó curioso mientras se removía para mirarla mejor.

—No lo que se podría decir mucho. No es tal genial estar atada a esa urna —se acercó un poco más a él por si alguien estaba escuchando—. El que tenga la urna puede controlar a cualquiera que haya estado atrapada en ella. Es uno de los versos sobre la urna, está en un manuscrito, pero no es el único verso; Mas quien esté atado a esta sólo puede entrar diez veces y salir nueve antes de que se pueda liberar. Sé que existen personas que se han podido liberar y empiezan a vivir de acuerdo a la edad que aparentan, pero el manuscrito donde está el hechizo para encerrar a una persona o bien sea liberarla, ha estado perdido por varios años. Se puede hacer el hechizo sin el manuscrito, pero es muy difícil en términos de concentración —explicó. Harry estuvo escuchándola atentamente y pudo notar un tono en su voz que le dijo que quería encontrar ese manuscrito. Seguro ella quería la oportunidad de vivir normal—. ¿Podemos no hablar de eso?

—Claro —pasaron un poco más de tiempo ahí hablando, hasta que Brooke se quedó dormida, a la vez que Harry.

Pero luego de eso los dos se despertaron muy muy temprano y rápidamente ese fueron a sus habitaciones a volver a dormir.

(...)

—...¡Porque lo crean o no, alguien ya me invitó! —exclamó Hermione levantándose furiosa y entregando su tarea a Snape—. ¡Y le dije que sí!—tomó sus cosas y salió del Gran Comedor, donde Brooke esperaba a sus amigos afuera.

——¿Oye, qué pasó?

—Ya sabes, lo de siempre. Harry y Ron son unos idiotas —murmuró y se fue. Brooke, un poco confundida, se quedó ahí a esperar a los dos chicos, que después de un rato salieron.

—¿Muy difícil? —les preguntó.

—Más o menos —respondió Harry tranquilo, pero luego notó la cesta de fresas que estaba comiendo la peli lavanda—. ¿De donde las sacaste?

—Dean me las dio. Dijo que si iba al baile con él, me daría una cesta de fresas, entonces acepté —Harry no podía creerlo. Hace dos días casi la invita, ¿pero ahora Dean le da fresas y ella acepta? ¡No es justo! ¡Él quería ir con Brooke hace semanas!—. Pero igual es en plan de amigos —¡eso no cambia nada!

—¿Entonces... ya tienes una cita? —preguntó Harry atónito.

—Sip. Pero no es gran cosa —le restó importancia mientras veía de reojo a Harry—. Como sea. Escuché que te dieron tu traje, Ron.

—No te burles. Es horroroso —se quejó.

—De hecho pienso que es muy lindo. Unos siglos atrasado, pero lindo para su época.

—Dame eso. Te voy a castigar sin fresas por un mes —bromeó intentando quitarle la cesta de fresas a la peli morada mientras ésta corría lejos y reía.

Harry sentía que se había armado de valor para nada. Aunque fuera el niño que vivió se sentía estúpido por vencer a Voldemort dos veces, conjurar un patronus para alejar a cien dementores, pelear contra un dragón y ni siquiera ser capaz de invitar a un estúpido baile a la chica que le gusta.

Que le gusta. Sí, Brooke le gusta. Es una de las pocas cosas de las que está seguro.

(...)

Por fin un caps decente de 1200 palabras,  ya se está poniendo más normal la cosa fkfkdfirnfk

-Alex🍓

¹Brooke Riddle  |Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora