8.- Secretos.

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En la mañana, Hermione Granger se levantó temprano y despertó a sus amigos. Les recordó que debían juntarse en la biblioteca y salió apresurada al desayuno, no sin antes darle una tarea especial a Harry.

¿Saben cuando estás extrañamente de buen humor, te despiertas y de repente tienes ganas de matar a alguien? Eso sentía Brooke ahora mismo.

Se levantó, se bañó, se vistió, y justo cuando abrió la puerta, vio el rostro del chico.

—¡Maldición, Dean Thomas! —murmuró llevándose la mano al corazón—. Me vas a matar de un susto —el chico solo se rió.

—Vamos a desayunar, Brooke —al parecer a el chico le gustaba jugar con fuego. Por más que se lo dijeran, él seguía acercándose a Brooke.

—Uh, uh —emitió un sonido parecido a la negación—. ¿Y arriesgar a que me tiren otra malteada? Por favor, me acabo de lavar el pelo.

—Ginny quisiera disculparse contigo por lo que pasó —admitió el moreno. La verdad era que Brooke sí quería ir. Ayer no comió nada porque estaba cuarenta por ciento segura de que la chica Weasley le volvería a lanzar otra malteada. Al final, el hambre le ganó.

—Esta bien.

(...)

Todo el camino él le intentaba hacer preguntas pero ella solo respondía monótona.

Llegaron al Gran Comedor y se sentaron; él frente a ella y empezaron a comer. Brooke comía casi todo lo que encontrara. Tenía mucha hambre puesto que no había comido desde ayer. De repente sintió como alguien pasaba a su lado y dejaba caer un papel doblado por su hombro.

—Ni siquiera me dejan comer tranquila. Maldición —se quedó con la boca llena.

—Oye, no hables con la boca llena —le regañó Dean—. Aparte, las princesas no dicen groserías —Canturreó.

—¿Acaso me ves con una maldita corona? No. Entonces cierra el pico —rechistó mientras tomaba la carta y la abría.

Mesa número cinco en el centro. Biblioteca. 5 minutos.

H. J. G.

—¿H. J. G? ¿Qué? ¿Me quieren extorsionar? —bromeó para sí misma, cosa que Dean también escuchó.

—¿Que dice? —preguntó.

—Alguien me quiere ver en la biblioteca —dijo dejando el papel a un lado.

—¿Un admirador? —bromeó Dean.

—¿Hablas enserio? —inquirió Brooke. Esto no tiene ni un deje romántico, parece una nota de extorsión —comentó y Dean tomó el papel pare leerlo.

(...)

Al final la chica Weasley tenía tanto miedo de que le hiciera algo que se prometió a sí misma que le pediría perdón en el almuerzo.

Brooke, a duras penas se llevó al chico Thomas. Primero, porque le hizo creer que no sabía dónde estaba la biblioteca, y por otra parte, él se ofreció. Llegaron a la mesa número cinco y para su sorpresa ahí estaba el Trío de Oro.

—¿Así que tu eras Hermione 'Jamón' Granger? —comentó.

—En realidad es Jane, pero eso no te importa —dijo a la defensiva ya que no tenía ni idea de cómo Brooke sabía su nombre. Sus mejores amigos la voltearon a ver; Hermione nunca había tenido un vocabulario tan cortante—. Lo que importa aquí es que quiero que nos expliques, qué hace una foto tuya aquí, donde apareces con Nicolas Flamel —rechistó la castaña, dejando un libro pesado encima de la mesa en una página específica donde se mostraba, evidentemente, a un señor de pelo canoso y piel un poco huesuda, junto a una chica de aproximadamente trece años—. Nicolas Flamel, junto a su ¿aprendiz? Darcy Blackwell. 1927 —recitó.

Brooke se mantuvo mirando esa fotografía, la cual se movía como si de un vídeo se tratara. "Maldita sea la persona que tomó esa foto." Hacía siglos que no escuchaba ese nombre salir de los labios de otra persona.

—Esa no soy yo —mintió frívola y prácticamente penetrando a la castaña con la mirada.

—¡Me dirás ahora mismo qué con esta foto o... le hago algo! —replicó sacando de debajo de la mesa la urna de la peli lavanda.

—¡No tienes derecho a tocar eso! ¡Damelo! —dijo alarmada.

—¡Callate! —dijo sosteniendo la urna. Brooke, como no era de esperarse, se mantuvo quieta y mirando fijamente a Hermione. Había acatado su orden. Se calló y se mantuvo quieta. Brooke parecía tener los labios pegados y en su cara se notaba el evidente enojo. Hermione, un poco confundida, pronunció—. Vu-vuelve a hablar.

—De donde la sacaste. No tienes derecho a tocarla —cuestionó. Parecía como si se hubiera congelado y de repente, se descongelara. Es que era simplemente extraño.

—Le dije a Harry que luego de que salieras de tu habitación, la tomara —confesó.

—¿¡Tú sabías?! —le preguntó evidentemente molesta a Dean Thomas.

—Brooke, lo juro, no sabía. Yo sólo quería que fuéramos a desayunar juntos, hacernos amigos —le confesó sus verdaderas intenciones a Brooke—. ¿Porque hacen esto? Dejen de extorcionarla —les reclamó Dean intentando recuperar la urna, pero Hermione fue más rápida.

—¡Me vas a explicar ahora mismo como es que apareces en esta foto...o...o le hago algo! —exclamó Hermione sosteniendo la urna en alto.

—¡Sí. Sí soy yo! Soy yo lado de Nicolas Flamel. Fui su aprendiz en 1927 —dijo rápidamente sosteniendole la mirada a Hermione. De repente Harry, que solo había estado escuchando, le quitó la urna a Hermione.

—Dame eso —sosteniendo la urna, pronunció—. Mano izquierda en la cabeza —Brooke, como programada a hacerlo, lo hizo. Acató su orden—. Mano derecha a la cabeza —volvió a decir curioso y lo hizo.

—¡Uh, uh, ahora...baila la Macarena! —todos le dieron una mala mirada el pelirrojo.

—No es así como funciona —confesó Brooke.

—Relájate —esta vez dijo más suavemente Hermione, mientras le quitaba la urna a Harry—. ¿Cómo funciona?

—La persona que tenga esa urna puede controlar a cualquier otro que haya estado atrapado en ella —dijo monótona y de repente lanzó un bufido—. ¿En serio me están extorsionando? —acomodó su cabello hacia atrás—. Esto es increíble.

—¿Que fue lo que dijiste? Sobre la urna. —le preguntó suavemente Hermione. Lo que menos soportaba Brooke es que le tuvieran lástima. Pero sintió un deje de preocupación por parte de la castaña. Curiosidad.

—La persona que tenga esa urna puede controlar a cualquier otro que haya estado atrapado en ella —eecitó. Decirlo era como una punzada al corazón. Un montón de cosas pasaron por su mente—. ¿Ya me puedes dar mi urna? —sin preguntar le quitó la urna a la castaña y se dio la vuelta para salir de la biblioteca. Pero antes de dar siquiera diez pasos, se volteó—. Hoy tienes la entrevista con Rita Skeeter. No llegues tarde, Harry Potter —y con eso salió de la biblioteca.

¹Brooke Riddle  |Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora