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Ha pasado una semana, la madre de Jeongin tuvo que ir a la escuela para justificar sus faltas, la directora lo quería mucho así que lo entendió de inmediato.

No se sentía enfermo, comía y hacía cosas cotidianas, pero no se sentía con fuerzas. No quería volver al establecimiento donde se encontró con el chico. ¿Y si estaba alucinando? Quizás Felix jugó con él y le mintió.

Mientras pasaba un trapo por la mesada para dejarla limpia, escuchó cómo su madre abría la puerta principal para dejar pasar a la visita. Vio de lejos que era la señora Hwang con un joven de espaldas, vestido con jeans y zapatillas negras y un bonito suéter color verde.

Nunca sintió atracción por un chico, ni siquiera por Felix, aunque tampoco le atrajo una mujer. No es de enamorarse fácil, es un poco frío y no demuestra sus sentimientos, solo con su creadora, ella ablandaba su corazón.

Cuando ella entró a la cocina, llamó a sus invitados para que saluden a su hijo, quien se dio vuelta con una sonrisa, la cual desapareció al ver al joven.

– Hijo, él es Hyunjin– Debía verse tranquilo para que nadie se alarme, pero sintió como el nombrado temblaba mientras trataba de mantener una sonrisa.

– Deberían ir a la habitación para conocerse– La señora Hwang guiñó un ojo y le dio palmadas a su primogénito.

Luego de unos minutos de silencio, las mujeres fueron a la sala para contarse chismes o alguna que otra cosa. Mientras que los chicos se quedaron congelados en el mismo lugar de siempre, ni siquiera se escuchaban sus respiraciones.

– No te me acerques– Jeongin salió disparado hasta las escaleras para poder subirlas y entrar a su habitación.

Su pecho se sintió pesado, las piernas no le respondían muy bien, algo en su cabeza le decía algo que no lograba entender. ¿Qué hacía ese chico entrando a su cuarto? El menor cayó de rodillas.

– ¿Me molestas cada noche y me pides que me aleje? Tengo tantas ganas de golpearte– Cerró la puerta y se acercó al menor para agarrarlo del cuello– No tienes idea de cuánto deseo desfigurarte ese bonito rostro que tienes.

Era bastante agresivo, sí. Su madre le dijo que era una buena persona, tenía buenas calificaciones, hacía deportes, no tenía pareja porque prefería tener amigos.

– ¿Quién eres?– Esa pregunta hizo que el pelinegro ahogue un grito de frustración. Se sentó en la cama y comenzó a hablar.

– Soy Hwang Hyunjin– El nombre era hermoso, al igual que las facciones de su rostro, sus manos, sus largas y bien entrenadas piernas. Era perfecto.

Lucid Dream [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora