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Obligaron a Jeongin a comer después de tantos días, sus amigas se encargaron de alimentarlo, cuidarlo, ayudarlo con lo que necesite, hacerlo sentir bien en todo momento y todo lo necesario para que no se sienta peor. 

No veía a Hyunjin desde hace tres días. El único que lo visitaba con frecuencia era Felix, conoció a Momo y Jihyo y en poco tiempo se hicieron buenos amigos. Los tres ayudaban a Jeongin, lo hacían sentir mejor, pero no lo suficiente.

– Voy a la habitación de mamá– Momo dejó los platos secos en el mueble y miró al menor con los ojos abiertos, sin saber qué decir exactamente.

– ¿Estás seguro? ¿Quieres que vaya contigo?– Soltó el trapo y tomó la cara de su pequeño en sus manos. 

Le aseguró que todo estaba bien, no se veía muy convencida pero aceptó de todas formas. No entraba al cuarto de su madre desde la última vez que estuvo en su casa, con ella viva. Seguía intacto, todo en su lugar, el olor a flores aún seguía allí. Habían muchos cuadros de él cuando era pequeño, dibujos que le hacía, cuadros pintados por ella, diplomas, etcétera.

Se sentó en la cama con una nostálgica sonrisa, abrió el cajón y notó que había una hoja con unas pocas palabras. La abrió y las lágrimas caían automáticamente al notar que era la letra de su madre.

"En una de las cajas de tu cuarto hay una carta que escribiste de niño, necesitas leerla. Te ama, mamá."

Las lágrimas en ningún momento dejaron de caer, no le importaba la carta, quería a su madre de vuelta.

Sintió un dolor punzante en su brazo izquierdo, la mancha sin forma cada vez se notaba menos, ¿le quedaba poco tiempo? De todas formas, no tenía una razón para vivir, su madre no estaba con él y sus noonas no estarían siempre a su lado. No le importaba que la mancha desaparezca, que pase lo que tenga que pasar.

Al contrario de Hyunjin, él sí creía en las almas gemelas, todos tenían una.


Lucid Dream [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora