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Las primeras horas de clase fueron aburridas para Jeongin, hasta que llegó la hora del almuerzo.

Todos se saludaban y contaban cómo fueron sus vacaciones, tenían grupos o parejas con quienes sentarse y hablar.

Y después estaba él, parado en el medio del comedor con su vianda sin saber a dónde ir. Miró para todos lados para encontrar una mesa totalmente vacía, pero no había ninguna, así que fue a la terraza de la escuela.

Cuando pasaba por el largo pasillo para llegar a las escaleras, donde lo llevarían al lugar donde quería ir, vio a varios chicos golpeando a alguien en el baño.

Guardó su vianda en mi casillero, que por suerte estaba al lado suyo, y fue a rescatar a la persona agredida.

– ¡Oigan!– Gritó, sin pensar en qué podría llegar a pasarle, aunque no se preocupó porque tiene bastante fuerza aunque parezca un pequeño bebé débil.

– ¿Y este mocoso?– Preguntó uno de los chicos.

Eran un poco más grandes que él físicamente pero no importaba. Llevaban chaquetas de cuero y el típico peinado de chico malo.

– ¿Acaso quieres que te golpeemos?– Supuso que era el líder quien le dijo eso. Habían dos que estaban sosteniendo al golpeado y los otros tres a punto de golpearlo.

Fue rápido y lo golpeé con mi puño al líder, le sangró la nariz y sus compañeros trataron de hacer caer a Jeongin, pero fue en vano porque el mayor habló.

– No lo golpeen, luego me encargo yo– Miró a los de atrás– Suelten a ese chico– Hicieron lo que les pidió y se acercó al menor– Estás muerto, Yang– Vio mi placa con su nombre en el uniforme y se fue, solo quedamos el agredido y yo.

– Oye, ¿estás bien?– Me arrodillé para saber cómo estaba, le sangraba el pómulo y la nariz, saqué un pañuelo de mi chaqueta y se lo di para que se limpie.

– ¿Por qué hiciste eso?

– Un gracias estaría bien– ¿Acaso estaba desagradecido? Es mi primer día y defiendo a alguien, ¿así te pagan en este lugar?

Se levantó con ayuda de mi mano y se lavó la cara con agua, dejando caer la sangre.

– Gracias, pero van a matarte– Cuando me miró sentí que el alma se iba de mi cuerpo. Sus ojos eran tan brillantes y hermosos, sus pecas formaban una pequeña galaxia, su cabello rubio se veía tan suave, los labios eran preciosos, ¡y su acento! Claramente no era de Corea.

Quedé anonado con la persona que tenía enfrente, era realmente preciosa.

– ¿Hola?– Sacudí mi cabeza– ¿Estás bien?

– S-Sí, ¿no eres de aquí, cierto?– Negó.

– Me llamo Lee Felix y soy de Australia– Me tendió su mano y la agarré, su piel era como la de un bebé.

Lee Felix de Australia, podría enamorarme de ti sin mucho esfuerzo.

– Me llamo Yang Jeongin.

Lucid Dream [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora