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Claro que no tenía derecho a enojarse, pero sintió un dolor horrible en su pecho. 

Se sentía molesto como la vez que vio el beso de Felix y Jeongin. No sabía por qué le molestaba, incluso, ¿le molestaba? No entendía cómo se llamaba el sentimiento que sentía en ese momento.

No quiere a Yang, apenas soporta su presencia. O eso era lo que se repetía cada día en su mente para convencerse a sí mismo. 

Estuvo encerrado todo el día en su nuevo cuarto, tratando de aclarar las ideas de su mente. Apenas era el segundo día, deberían convivir otros veintinueve más.

– ¿Hyung?– Escuchó la voz del menor mientras tocaba la puerta– Tengo helado, ¿q-quieres ver una película?– Su voz se escuchaba decaída.

Cuando se levantó para abrirle a Jeongin se le fue el alma del cuerpo, tenía el pijama naranja con zorros y se veía extremadamente lindo. ¿Nunca se dio cuenta de lo tierno que se veía siempre? Tendría que estar enojado con él, no sabía por qué, pero debía estar así.

– ¿Qué película vamos a ver?– Dejó la puerta abierta para que el pequeño entre. Se acostaron en la cama tomando dos cucharas y eligiendo una película.

– De terror no, hyung– Lo miró con esos ojos que se robaron cada estrella de la galaxia y sus labios formaron un tierno puchero.

– Estaré contigo, tranquilo.

Así fue como pasaron la noche, viendo películas y comiendo helado. Hyunjin nunca tuvo una noche así, si no eran fiestas no era nada, le gustó estar de esa forma con el menor.

Notó que los ojos de Jeongin se cerraban y volvían a abrirse, así que puso su brazo debajo de su cuello para que lo use como almohada.

– No quiero molestarlo, hyung– Se sentó en la cama– Voy a mi habitación...– Estaba por levantarse y caminar hasta la puerta, pero Hyunjin lo recostó de nuevo en su cama para que duerman juntos.

Ninguno dijo una palabra, apagaron la televisión y se quedaron mirando el techo para después quedarse dormidos.

Tenía muchas ganas de saber qué se sentía abrazar a Jeongin, así que sin previo aviso se acercó a la espalda del menor y puso su mano debajo de la camisa de pijama del menor.

– Me haces cosquillas– Ambos se rieron y acercaron más sus cuerpos.

La piel de Jeongin era tan suave, su olor a bebé siempre estaba presente, no se molestaría en dormir cada día de esa forma.

Quizás no era tan malo pasar tiempo con él, se sentía cálido.

Lucid Dream [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora