5

929 139 17
                                    

Pasaron el almuerzo en la terraza, hablando y comiendo de sus viandas. Se conocieron bastante y tenían demasiadas cosas en común.

Cuando fue hora de despedirse para que cada uno vaya a sus respectivas clases, intercambiaron sus números para hablarse luego.

Resulta que lo golpearon debido a que uno de los amigos de los chicos que lo agredieron gusta de Felix y, como no permitieron eso, casi le rompen la cara a puñetazos si no fuese por Jeongin.

El resto del día surgió bastante tranquilo, el castaño hizo un nuevo amigo y estaba contento por llegar a su casa y contarle a la madre.

Sonó la campana anunciando el fin de clases, pero vio lo sucio que estaba su aula debido a que sus compañeros eran cerdos. Cuando todos salieron, se tomó el tiempo de agarrar cada papel del suelo, limpiar las mesas, el escritorio de la profesora y barrer un poco el lugar para que las porteras no tengan tanto trabajo y vayan a casa.

– ¿Limpiaste todo esto?– Preguntó una mujer cuando entró al salón, viendo cómo brillaban las mesas. Era alta debido a los bonitos tacones que tenía y lucía fina por el vestido ajustado, pero muy hermoso.

– Buenas tardes, sí– Hizo una reverencia y tomó su mochila para colgársela al hombro. No quería problemas en su primer día solo por dejar todo limpio.

– ¿Cuál es tu nombre?

– Yang Jeongin, señora– La mujer, de alrededor de treinta años, lo miró de pies a cabeza para examinarlo. Se sentía ridículo con el uniforme escolar, pero no podía hacer nada.

– Un gusto, soy Jo Haseul, directora de la escuela– Al escuchar las últimas palabras, Jeongin abrió los ojos como plato e hizo un par de reverencias más– Muchas gracias por limpiar, ¿quieres un pago? 

– ¡No, directora! Solo quería ayudar– La mujer le extendió la mano y la estrecharon, su piel era pálida y bastante suave. Hablaron un rato de por qué se mudó a Seúl, pero no nombró sus sueños, hasta que era la hora de irse.

Al pasar por el extenso corredizo de la escuela, escuchó ruidos de sillas en un aula, procedió a entrar para ver qué era y estaba el chico con el que se cruzó antes.

– Hola, bonito– Dijo el rubio con ropa negra, era bastante alto.

– H-hola...– Se ruborizó al escuchar cómo lo llamó– Lo siento, ya me iba, adiós.

– Espero volver a verte– Se apoyó en una de las mesas y le guiñó el ojo para después ver desaparecer a Jeongin.

Lucid Dream [Hyunin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora