Capítulo 13 • Antifaz

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Inevitable como aquel beso, así de inevitable fue la sonrisa que emergió de la cara del castaño cuando JongHoon se quedó quieto segundos después de que el contrario se alejara. Con los ojitos negros, abiertos en sorpresa como platos, observando todo en sentido desvarío y las mejillas enrojecidas por la pena del momento. Jong no sabía cómo reaccionar, qué hacer o qué decir. ¿Se burlaba de él? 

La pregunta quedó a segundo plano cuando de nueva cuenta Cho atacó sus labios, esta vez sus dedos acariciaban dulcemente las mejillas del pelinegro, aunque los pequeños movimientos entorpecidos de los labios de Kim le causaban extrema ternura a Kyuhyun, no pudo tampoco evitar sentirse más que alegre por la forma en la que, milagrosamente, le intentaba corresponder. 

Excelente, joven, tierno, inocente… Kim JongHoon era enigmático y fascinante para el hombre que lo había comprado. Para el hombre que tenía un largo camino que mostrarle.

Cuando se alejó del segundo beso, JongHoon abrió los ojos lentamente. Kyuhyun dibujo su típica sonrisa de lado. Y triunfante soltó:

— Nada mal. 

Nada mal… JongHoon estaba sonriendo y llorando por dentro. 
Algo bastante extraño para la situación que vivía.

— Nada mal. — Terminó respondiendo de la misma forma y con el rostro teñido de carmín. 

La respuesta del pelinegro en palabras y aspecto físico lograron encender al castaño en un segundo. Si Jong creía todavía en Dios lo mejor sería que comenzara a orar para que Cho no perdiera la cordura y lo tomara en ese momento. 

Pasó saliva con dificultad, el chico era todo un pecado, una tentación cruel del destino. Y él debía mantenerse al margen… Sólo por el momento. 

— Vendré más tarde. — Anunció intentando relajarse. 

JongHoon en una cama, a su lado, era demasiado.

♦♦♦♦♦

— Estás muy… Distraído.— Bonnie encontró la palabra adecuada para describir el estado en el que Jong parecía estar desde hace un buen rato. 

— Ky… Cho — Corrigió rápidamente con el, de por sí irónico, tono de respeto por el castaño. — ¿Es así de raro siempre? 

— ¿Raro? 

JongHoon se lo pensó durante unos segundos, con los ojos fijos de Bonnie, esperanzados por una respuesta. 

A decir verdad, ¿Con quién más iba a poder hablar de algo así? Bonnie era la única persona que le inspiraba una total confianza. 

— Es que… A veces es un hombre tan frío y con una apariencia tan cruel… Pero también es muy…

— Tierno, atento. — Completo la señora Bonnie, JongHoon asintió levemente. — El señor Cho es así. Es un hombre de corazón noble que trabaja para el mal. Incluso en un hombre frío puede residir un cálido rayo de bondad. Además… ¿Es muy atractivo, no?

JongHoon se sonrojó de inmediato, en cuánto el beso con Cho atacó su mente. 

— Por lo visto piensas igual. — Alegó Bonnie con una sonrisa antes de salir de la habitación. 

"¿Qué iba a poder decir? Todo se había vuelto muy confuso en los últimos días. Era cómo caminar de noche, de la mano junto a un demonio, esos a los que tanto le temían en el colegio las hermanas. Cho Kyuhyun era un hombre del que no había oído hablar en el mundo normal. Ni siquiera entre la gente de estatus en el colegio. Cho era más, más que la empresa de los Jung, era más que todos los autos bonitos de Choi, era diferente a comprar en una tienda común o demostrar que algo estaba de moda. Era mucho más… Como la cima de la pirámide. Cómo tal y me lo había dicho, el mundo parecía ser suyo.

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora