Capítulo 25 • El guardia

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— Hoy no puede haber invitación a que Cho te pegue un tiro. — Dijo JongHoon con una leve sonrisa.— Aunque claramente, ya estarías muerto. —

Su mirada se posó en el arma sobre el suelo. Chris la levantó rápidamente,  casi igual a la mirada temerosa que lanzó sobre JongHoon.

— El tiro en mi cabeza será seguro si te pasa algo. Cho dijo que… 

— Sé lo que dejó dicho. —Interrumpió con voz tenue. Miró la cafetera y se sirvió un poco luego de dejar a Melo en el suelo. — Pero yo no tengo tiempo para seguir respetando reglas. 

— ¿A qué se refiere? 

Kim se detuvo de mencionar cosas que no debía, al menos no por el momento. 
— Sólo es el lugar. Estoy casi volviéndome loco. 

Jong se sentó frente a Chris, éste se mantuvo serio y atento a cada movimiento del chico. 

— ¿Puedo ayudar en algo? 

Ladeó la cabeza, una mueca emergió de sus labios y asintió. 
— Podemos platicar un poco. 

JongHoon llegó al fondo de su segunda taza con café luego de varios minutos. Chris era un muchacho yemení con problemas económicos, había trabajado toda su vida en empleos dónde había sido explotado. No tenía una carrera, jamás había pisado un salón de clases. Pero sabía un poco de armas, y mucho sobre golpes. Según él, había defendido a Kyuhyun de un loco que lo amenazó con un cuchillo. Y luego de que Cho escuchara sus problemas, decidió llevárselo con la promesa de un sueldo que ni en sueños hubiera imaginado recibir. 

Es un jefe muy duro, pero lejos de ello, es realmente distinto.

Con poco tiempo, Chris aprendió el idioma de su jefe, y aunque muchos aún lo consideraban el nuevo, dos años de trabajo le habían dado buenos frutos.

Estar en la mansión es un mejor puesto a estar en los límites del campo. Ahí está frío o hay demasiado sol. Los perros son traicioneros y si un día se vuelven locos se escapan o te atacan. En cambio, aquí adentro el ambiente es tranquilo, escuchas mucho, comes mejor y la paga sigue siendo más que buena. 

— ¿Entonces sabes lo que es trabajar allá afuera? 

La pregunta del millón. Sabía detalles en la vida del que parecía haberse convertido en uno de los guardias más cercanos a Cho. 

— Claro. — "¡Bingo!" Chris procedió a levantar una de sus mangas, casi a la altura del hombro. Una enorme cicatriz se expandía desde su codo hacia arriba. — Esos perros de verdad son un peligro. 

JongHoon dejó la taza sobre la mesa. Y del mismo modo, iba a intentar dejar sus intereses en Chris. 
Era la ayuda que necesitaba. Cho le había estado dando cosas con mucho valor, cosas que probablemente le podrían interesar.

— Chris… Me parece admirable todo lo que has hecho. Luego de tanto, has llegado a un sitio donde eres bien recompensado. 

— Definitivamente. — Respondió con orgullo.

— ¿Puedo preguntar algo?

— Ya lo estás haciendo. 

Kim sonrió ligeramente. Los nervios se hicieron presentes, más fuertes que nunca. Pero si no era en ese momento, sería más difícil después.

— ¿Alguien ha podido escapar de aquí? 

Chris borró toda expresión en su rostro. Miró con seriedad a JongHoon y negó.

— No te acercaste a mi porque quisieras platicar conmigo. — El guardia se puso de pie.— Juegas con fuego. Y no cualquier tipo. Sé lo que planeas, y te diré que prefiero mantener mis extremidades intactas. 

Avanzó hacia la puerta con la plena disposición de irse, Kim corrió para evitar su salida. Interponiéndose entre Chris y la puerta de la cocina. 

— Chris… — Suplicó mirándolo directamente. 

— No lo hagas. — Advirtió con severidad. 

— Entonces sí es posible salir. 

Chris movió la cabeza, y se pasó ambas manos por el rostro. 

— Estás poniendo tu vida en un enorme riesgo.

— ¡Haré lo que sea! — se apresuró a contestar el pelinegro. Y no mentía, de verdad lo haría con el único fin de poder irse.— Sólo quiero volver con mi familia. 

— ¿Y crees que Cho Kyuhyun no te va a encontrar? 

— Sólo quiero volver a ver a mi familia. Sí, tal vez lo haga, tal vez Kyuhyun me encuentre. Pero estoy dispuesto a todo. Aunque sea un segundo nada más… Espero poder despedirme de mi madre y de mi hermano. — Los ojos de JongHoon se llenaron de lágrimas. No quería morir sin volver a ver a su madre ni a Jongjin. 

"Los extrañaba tanto…"

— ¿Por qué debería ayudarte? No voy a arriesgar mi vida por la de un muchacho que llegó de una subasta. 

— ¿Y si tú estuvieras en mi lugar? 

— Si tanto quieres salir, tienes un balcón muy alto para volar hacia una muerte menos dolorosa que la que te daría Cho si te descubre intentando huir. 

"Extrañamente sabía que eso no era posible, las actitudes que él había tenido conmigo hubieran sido dignas de otorgarle mi vida entera sin miedo a la tortura".

— Ayúdame a salir o juro que le diré a Cho que intentaste lastimarme. 

— Inténtalo. — Se defendió el guardia con semblante serio. 

— ¿Ahora quieres retarme? Tú le cuidas la espalda pero yo puedo lograr mucho más con sólo meterme en su cama. Y lo sabes. 

" Jamás hubiera usado ese método tan bajo para defenderme. Pero sin importar nada más, ni siquiera lo que muy, muy adentro estuviera gritando mi corazón, me seguía importando más mi libertad ".

— Me separaron de mi familia, mi amigo murió en mis brazos, fui vendido y debo pedir hasta para respirar... Esto no es vida. Y no quiero que lo sea nunca. 

— Yo… 

Los ladridos de los perros resonaron. Fuertes y cercanos a la mansión. Melo chilló y dichos ladridos se mezclaron con gritos de los guardias, el freno de los autos y un horrible sentimiento de terror invadió a JongHoon en un segundo. 

— Sube a tu habitación. ¡Rápido! — Gritó Chris mientras lo empujaba fuera de la cocina. 

El ruido afuera era desesperante. 
JongHoon tomó a Melo y corrió de vuelta a su habitación. 

Cerró la puerta detrás suyo y caminó hacia la ventana. 

No veía muy bien. Pero seguía el desquicio de los guardias. 
¿Y si alguien se había metido a la fuerza? Las manos del chico comenzaron a sudar. Su corazón latió rápidamente.

— ¡JongHoon! — Bonnie entró corriendo al cuarto. 

Ahora sí parecía grave. Estaba pálida, agitada y temblaba en una pesada aura de terror. 

— ¿Qué está pasando? Todos están corriendo

— Unos tipos perseguían a Kyuhyun...— Bonnie, de repente, sollozó.— Hirieron al señor Cho. 

Las palabras salieron de sus labios como dos filosas dagas. Tardando en asimilar cada una, confundido.
El corazón de JongHoon se detuvo. 

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Nuevo capítulo.
Espero que les haya gustado.

🖤 Las quiero 🖤

PD: Nunca había visto El señor de los anillos. Me han encantado, incluso ya me pedí el primer libro. 😂😂😂

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora