Capítulo 29 • Locura

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JongHoon se quedó esa mañana mirando la ventana. El cielo estaba tan claro y brillante que combinaba en una apacible armonía con las aves que cantaban desde los árboles que rodeaban el patio. Tal vez hacía calor, pero él no lo sabía. Llevaba puestas una gruesas calcetas blancas, un pantalón gris y una sudadera roja que antes le había comprado Cho para las épocas de frío. 

La verdad era que ya ni siquiera sabía en qué mes ni en qué estación de hallaba. Va! Ni siquiera sabía qué día era. 

En otro momento esa sensación de terrible confusión lo hubiera vuelto loco. 
Pero en ese momento ya no le sorprendía la locura. Se había acostado con Cho más veces de las que sus dedos pudieran contar. Tenía una habitación en la que cabía sin problemas la mitad de su casa. Cenaba en un comedor grande y a pesar de algunos lujos, se había cortado las muñecas. 

La confusión por el tiempo no era nada. Sólo sabía que tenía frío y mucho sueño. Todavía dolían sus brazos. 

Llevaba casi una semana durmiendo con Kyuhyun. Intentaba ignorarlo el mayor tiempo posible; no porque él tuviera la iniciativa. Sino porque temía a su búsqueda de respuestas. Ahora que lo analizaba, la situación ni siquiera sería creíble para alguien como Cho. 

"¿Qué iba a decirle? 'La pasé bien anoche, me alegré como nunca que usted estuviera bien. Pero soñé a mi madre y caí en cuenta que odio… Odio no haberlo conocido de otra manera".

Porque eso era, sin más, la premisa de su sufrimiento. 

¿Por qué no había podido conocer a Kyuhyun en una forma diferente?
¿Por qué un hombre como él lo tuvo que comprar y hacerlo sentir un sube y baja en sus emociones?

A veces, y por muy inmaduro que aquello fuera, JongHoon imaginaba que Kyuhyun era un hombre normal, con un trabajo normal del que no dependía la destrucción del mundo y sus personas. Imaginaba que podía verlo y luego sin problemas regresar a casa. Presentarlo a su madre y a Jongjin. Poder tratarlo con confianza y no con temor. Abrazarlo, quererlo, presumirlo, y poder hacer el amor con él sin que después llegara algún atisbo de culpa. Imaginaba todo. Y una sonrisa emanaba de JongHoon, entre ideas utópicas y descabelladas. Para luego caerse como un viejo y descuidado edificio. 

Qué estupidez.—pensaba con un fuerte dolor en el pecho y un nudo en la garganta.

Porque ni Kyuhyun era normal, ni lo que vivían era natural. 

Todas esas cosas quedarían en su corazón por mucho tiempo, guardadas bajo llave y custodiadas. 

Lo había decidido. Aunque su alma doliera, jamás hablaría. No expondría de nuevo sus sentimientos tal y como lo había hecho esa noche. 

No le daría alas a algo que no quería que volara. 

 JongHoon se incorporó en la cama, echó lejos la gruesa sudadera y contuvo las ganas de volver a llorar cuando se vió las muñecas todavía vendadas.  

Morir era una falla, y escapar también lo sería. 

Pero también recordaba las cosas que había visto, y caía en cuenta que él estaba demasiado bien. 

Apenas suspiró la puerta se abrió y ahí apareció Kyuhyun. Al llevar una playera, JongHoon se dio cuenta de la venda que le cubría un poco más arriba del codo, rodeando el brazo.

Kyuhyun se sentó junto a él en la cama, soltó un largo suspiro y sin avisar, le tomó la mano con ternura. 

— Bonnie está preocupada. — comenzó con una ligera nota de preocupación en su voz.—Dice que apenas y has comido estos días. 

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora