Capítulo 28 • Cautivo

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Kyuhyun sintió una descarga de adrenalina cuando vió a JongHoon inconsciente en la bañera , con el agua rojiza cubriéndolo hasta el cuello. Ni siquiera tomó importancia a las recomendaciones del doctor acerca de la herida en el brazo. En ese momento pareció inhibir el dolor y tomó rápido una toalla para cargarlo.  Aunque JongHoon no pesaba mucho, lo cargo con algo de dificultad, sintiendo cómo se abrían las puntadas de su brazo. 

Corrió hasta las escaleras y bajó tan rápido como había podido. No había tiempo. 

— ¡Bonnie! — gritó cuando llegó al suelo. La mujer dejó caer lo que llevaba en las manos y se las llevó a la boca, aterrada al ver el cuerpo de JongHoon.— ¡Qué regrese Ling! ¡Rápido! 

— No puede ser. — Dijo antes de correr afuera de la casa, con suerte el doctor aún estaba ahí.  

Kyuhyun ingresó al lugar dónde Ling atendía a sus guardias heridos y más recientemente, a él. Depositó a JongHoon en la camilla y sintió un horrible nudo en la garganta, una presión en el pecho que lo ahogaba. Más cuando miró sus muñecas. 

Fue, en ese momento, cuando por primera vez en mucho tiempo, Kyuhyun se dejó arrastrar por el llanto. 

•••

— No sé. Ni yo mismo lo sé… Mi madre le ha pedido mucho y aún así ha habido veces en las que apenas y alcanza para comer. No hemos hecho nada malo y los hombres que vienen aquí a abusar de inocentes tienen el mundo en sus manos.  

A Kyuhyun aquello no le parecía relevante en lo más mínimo. 

— El mundo es de la gente mala JongHoon.— Admitió como si explicara a un niño pequeño.— Haciendo el bien no te lleva a ningún lado. 

— Usted ha sido bueno conmigo… En lo que cabría decirlo. 

— Pero sigues atrapado. Privarte de tu libertad no cabe en la bondad. — Contraatacó sabiendo que sus palabras podían ser un desacierto en su avance con el chico. 

Todo está mal. No debí creer que podía cambiar por… Por él.

Ling siguió hablando, Cho asintió, y poco después recuperó el hilo de sus palabras. 

—  Estará mejor en unas horas. —aclaró con seriedad, quitándose los guantes después de volver a curarlo.— Por fortuna lo hallaste a tiempo. Pero, te dije que no hicieras esfuerzo alguno. Tienes hombres en cada esquina de tu casa y no pudiste pedirles ayuda. 

Ling podía ser sarcástico, pero en ese momento, tal vez tenía mucha razón. 

— No podía esperarlos. 

— En eso tienes razón. Pero intenta cuidar mejor los puntos, Kyu. O eso se convertirá en un verdadero martirio. 

— ¿Ya puedo verlo? — Cho miró al doctor con preocupación. Necesitaba verlo. Necesitaba hablarle. Todo parecía ir bien. 

O tal vez era su propia jugada. 
— Lo mejor será que esperes un poco más... 

Kyuhyun estaba de acuerdo en esa recomendación. Necesitaba algunas respuestas.

— Entonces vendré en un rato. 

Se puso de pie, con la clara intención de ir a hacer un par de preguntas y mover algunos asuntos. Pero Ling lo detuvo.

— Kyuhyun. Desde que conozco a tu padre, jamás ha sido mi intención meterme en asuntos ajenos. Me he mantenido al margen con lo que he visto y me han contado. Pero sólo por esta ocasión, creo que deberías ceder. 

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora