Capítulo 33 • ¿Qué me hiciste?

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Tres disparos hicieron que Kyuhyun se removiera, abrió un poco los ojos y creyó que aquello había sido solamente un sueño. Se giró sobre la cama y estiró la mano con la intención de abrazar al pelinegro. 

Su mano palpó la almohada vacía. 
Pensó que seguramente había ido al baño, así que intentó conciliar el sueño otra vez. 

Pero sabía que eso iba a ser imposible cuando escuchó los gritos que venían del salón. Incorporándose, esperó a que JongHoon saliera del baño. 

Miró el libro sobre el buró, luego a su derecha estaba la taza casi vacía. 

Pasaron unos momentos más cuando Cho decidió levantarse y tocar suavemente la puerta del baño. 

Ninguna respuesta llegó. 

Cho creyó lo peor cuando llegaron a su mente los recuerdos de JongHoon, desangrándose en la bañera.

Abrió la puerta tan rápido como su mente le había puesto en aviso. 

Su corazón se detuvo, Kyuhyun perdió el color del rostro. Avanzó hasta el lugar dónde JongHoon guardaba la ropa, notó que todo seguía ahí. 

Salió de la habitación y corrió escaleras abajo. La sala, los pasillos y la cocina no tenían rastro de que hubiera estado ahí, la puerta principal incluso estaba cerrada con seguro. Volvió a subir, buscando en cada habitación, encendió las luces de los cuartos y pasillos, bajó hasta el lugar dónde había vista hacia el salón. 
No estaba.
JongHoon no estaba en ningún lado de la casa. 

Kyuhyun se dirigió hacia la habitación oculta en la planta baja, abrió la puerta con desesperación. 

— ¿Dónde está? — Gritó haciendo que Bonnie se levantara asustada. Kyuhyun ni siquiera esperó a que la mujer le contestara la pregunta. 
Salió a grandes pasos, sintiendo el frío golpeándole la cara y los brazos. 

Un grupo de guardias reían recargados en uno de los autos. 
Kyuhyun los miró furioso, los otros dejaron rápidamente lo que hacían y lo observaron atentamente.

Antes de poder dar alguna orden escuchó la voz de Bonnie detrás de él. 

— ¿Qué ocurre señor Cho?

— JongHoon no está. — Kyuhyun giró nuevamente a verla. Con los ojos encendidos de coraje.— ¡No está! 

El endemoniado grito hizo sobresaltar a Bonnie. Los guardias murmuraban entre ellos. Era imposible que el chico hubiera huido. Lo hubieran visto. Hablaron por radio con los guardias de la entrada principal, pero la respuesta fue simple: No habían visto nada.
Chris le dedicó una mirada fugaz a Bonnie, ella se hallaba evidentemente preocupada. Debía calmarse o sufriría las consecuencias del enojo del castaño

 — ¿Quién lo dejó salir? — Preguntó exaltado, mirando despectivo a los guardias. Era muy mala idea mentirle a Cho.— ¡¿QUIÉN DEMONIOS LO DEJÓ SALIR?! 

Uno de los guardias dio un paso al frente, cabizbajo, temeroso.

— Señor, perdón que me entrometa pero usted ordenó que nadie vigilara los pasillos esta noche. Sus invitados son…— Cho interrumpió al guardia con un fuerte golpe en el rostro. El chico cayó de espalda sobre el suelo. Nadie lo ayudó hasta que Kyuhyun se dio la media vuelta.

— Rodeen todo, vayan al pueblo. A dónde sea. Traiganlo.— Recalcó al último con mucha claridad. Dos de los guardias subieron a la camioneta. Otros se dispersaron. Kyuhyun desapareció en la entrada de la casa.
Era el fin.

Kyuhyun subió hasta su despacho seguido Chris y otro de los guardias. Ya después buscaría a quienes lo dejaron ir. Ahora sólo quería todos los ojos posibles en el terreno, en cada punto de la casa. Estaba más que furioso. Chris y los otros se quedaron afuera.

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora