Capítulo 15 • Respeto

428 53 15
                                    

La traición era para Cho Kyuhyun, si se hablara en términos de creencia, el peor de los pecados sobre la Tierra. 

El desespero, la frustración de sus sentimientos por cierto pelinegro y el desgaste de sus pensamientos consecuentes a una agitada noche solitaria recayeron sobre una víctima del castaño. 

Diez, once, doce, fueron los golpes que Kyuhyun desató con todas sus fuerzas con la ayuda de un bate de metal que salpicó el muro con la sangre de uno de sus nuevos guardias. Un joven de veinte años que había entrado por curiosidad, y que por desgracia de la misma quiso delatar todo lo que hacían a través de una estúpida página web… 

Cho Kyuhyun sabía que el mundo tenía sus teorías, pero todas, eran mínimas a lo que en realidad pasaba. 

Trece, catorce...

— Señor Cho. — Interrumpió otro de los guardias al sentir que la grotesca imagen del rostro destrozado de aquel chico se estaba volviendo demasiado para soportar. 

Kyuhyun tiró lejos el bate y se limpió de la cara las gotas de sudor mezcladas con sangre ajena. 

— Desaparezcanlo. — Ordenó firmemente.

••••

¿Por qué había sido así? 
¿Qué demonios había hecho mal? 

Kyuhyun caminó por el blanco pasillo hasta la puerta de madera. 

Abrió con un pequeño sentimiento de nervios y observó al hombre que le sonrió ampliamente. 

Veinte minutos después, de inventarse algún malestar, por muy mínimo que fuera. El doctor Ling tomó asiento frente a él. 

— No hay ninguna anormalidad, Kyu. — El castaño asintió. Ling lo miró sospechando de su actitud poco segura.— ¿No será que tú visita se debe a algo más?

Cho resopló. 
Por más que le daba vueltas al asunto, no caía en cuenta de lo que había salido mal. 

Tal vez se apresuró… pero no podía evitarlo, además, JongHoon era suyo, SUYO, y no podía darle más privilegios que el de comprarle todo aquello que necesitara. 

— Creo que… No quiere. 

Ling arqueó una ceja.
— No entiendo. 

Ciertamente el castaño se sintió un patético idiota por darle vuelta a algo que podría decir en pocas palabras, sinceras y descaradas, pero no le apetecía hacer algo así… 

— Antier por la noche, JongHoon y yo. Estuvimos cerca de pasar a algo más… — Confesó reviviendo la frustración tan grave que sufría. 

Un momento tan perfecto, tan candente y excitante tuvo que terminar con él masturbándose a las tres de la mañana con la imagen de JongHoon llegando al orgasmo entre sus dedos. 

Ling asintió. 
Era común ser más que el doctor de Kyuhyun. 
— Ahora entiendo. ¿Él no quiso que ocurriera? 

Kyuhyun negó.
— Sabes que, aunque muera de ganas, a pesar de todo, no soy ese tipo de hombre. No lo tomaría por la fuerza, no soy así. 

— Lo intentaste…

— Y hasta ahora me arrepiento. Es que con él todo es diferente. 

Y era verdad en cualquier sentido. 
Kyuhyun había comprado mujeres y chicos, personas que no duraban más de dos semanas con él.Y por consiguiente, Cho sólo las utilizaba y luego las revendía con los peculiares visitantes del gran salón en su casa. 

Diario de un Creyente (KyuSung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora